domingo, agosto 17, 2008

SOBRE LAS RAZAS
Por: Ana M. Cortés


En 1939, liderada por Adolf Hitler, Alemania se convirtió en la temida Alemania, declarada la segunda guerra mundial, este periodo se recuerda no por los dos bloques que defendieron a ultranza sus respectivas posiciones, sino por haberse gestado el hecho más vergonzoso de la historia: El Holocausto.

El Holocausto dejó a su paso muerte, dolor, tortura y un traumático despertar hacia una realidad: el ser humano puede convertirse en una bestia. De ahí surgen las memorias de gente que vive con un número tatuado en el brazo, se habla de ghettos, de campos de concetración, de cámaras de gases, de fábricas de armamento, se habla de las millones de personas que fueron castigadas por profesar una religión distinta, por tener un color diferente o por tener una opción sexual "ofensiva", se habla de los Kindertransporte donde los niños judíos eran enviados por sus padres fuera del país en un éxodo masivo; para los padres era una esperanza y para los niños era una experiencia sobrecogedora. Se habla de muchas cosas, se dice y se cuentan tantas otras, pero no hay nada que pueda describir, ni siquiera acercarse a conceptualizar lo que significó para la historia este hecho, y ahora medio siglo después, aún hay por ahí personas que olvidándose de la tragedia o reconociéndola como "necesaria" tienen en su cabeza el concepto nazi del judío, el negro, el latino o el homosexual. Para estas personas va dedicada esta opinión.

El diario de Ana Frank no puede ser juzgado por su contenido literario, ya que al no ser un libro propiamente dicho, no podemos juzgarlo desde esos parámetros. Ana Frank es un diario, realmente es un diario, y al leerlo y ser conciente de que hace muchos años una adolescente escribía su diario con la esperanza de un futuro, de un mañana, aún en las más desesperadas situaciones, es algo que te eriza la piel, o por lo menos, yo lo percibí así.

Leí El diario de Ana Frank hace ya muchos años, siendo adolescente también, teniendo en mi cabeza un montón de cuestionantes, un montón de inquietudes, leí El diario de Ana Frank sabiendo que existía la palabra Holocausto o la palabra Gestapo o las siglas SS, pero sabiéndolo y estando preparada para lo que iba a encontrar, igual me dolió y me quedé con ese peso en el alma muchas noches, muchos días, con la incomprensión que muchos sentimos y que no puede despejarse incluso cuando entramos a un nivel más adulto.

Cuando se es adolescente, muchas cosas se idealizan, deseé ver a Ana en un documental contando su experiencia como sobreviviente, hablando con dolor del pasado pero mirando hacia el futuro. Recuerdo haber preguntado si de verdad el libro terminaba así, si de verdad pasaba eso, me contestaron que sí...y no pregunté más. Ana Frank relata su historia, siendo una adolescente de doce o trece años, tiene que escapar con su familia y esconderse en Amsterdan de las fuerzas anti-judías alemanas, a lo largo de su encierro percibimos cómo se relacionan los seres humanos en situaciones extremas, hay otra familia más que comparte el escondite que es muy pequeño, y aunque reciben una ayuda frecuente del exterior, viven con el temor de ser encontrados en cualquier momento, vemos como Ana pasa de ser una adolescente despreocupada a tener conciencia de la realidad que la rodea y de que el mundo no es color de rosa.

Ana relata sus inquietudes acerca del sexo, del amor, hay un muchacho llamado Peter que aparecerá en sus escritos con frecuencia que despierta en Ana sentimientos ambiguos, el relato está editado, obviamente, y aunque algunas partes suenen un tanto rebuscadas cumplen su cometido a cabalidad. Al ser un diario está divido por fechas, no es muy extenso así que puede ser leído con rapidez...no así con facilidad. Hace poco descubrí una página donde se hablaban de estudios que decían que El Diario de Ana Frank era una falsificación y que en base a las pruebas, no pudo haber sido escrito por Ana, quien hizo la investigación alegaba que era propaganda germanofóbica y que era denigrante el éxito que una falsedad de ese tamaño alcanzó. Al señor éste le puedo decir lo siguiente: Me vale un huevo que realmente lo haya escrito Anna Frank o no, o que haya sido concebido con otros "fines", me parece que sea como sea por lo menos ayuda a educar a los niños sobre lo que pasó en el holocausto y que como ya dije, nada es suficiente para tratar de que esa historia no se repita.
Recomiendo este libro como un acercamiento a la historia no sólo de Ana Frank, sino con la certeza de que mientras escribo estas líneas en USA sigue la caza de brujas que hay contra los árabes. como también el KKK dejó sus togas para vestir ropas militares y formar una milicia, en Argentina el edificio de la AMIA ya ha sido derrumbado, en Kosovo hubo también su depuración racial, en Alemania renace el concepto neonazi con fuerza y en Latinoamerica, se realiza cada año un congreso neonazi internnacional donde jóvenes como vos y como yo, y no tan jóvenes, se reunen a tratar el tema de las "razas". No hablemos de lo que sucede y se gesta en Bolivia todos los días, y de esos oscuros sentimientos despertados en la población por los líderes oportunistas del momento.

Nosotros, los que nos miramos la piel y podemos decir que tiene la misma textura que cualquier otra, la misma fragilidad, la misma humanidad...sólo nos queda esperar que la historia aprenda de sus errores y aquellos que no lo ven como errores encuentran la luz para comprenderlo.