Por: Mónica Heinrich V.
Me imagino a Pina.
Philippina.
Trato de
imaginármela al nacer, en plena II Guerra Mundial (1940)
Es difícil, porque del horror solo se suele ver el horror.
Es difícil, porque del horror solo se suele ver el horror.
Intento imaginar su
crecimiento, sus añoranzas, su universo. Todo aquello que más adelante le
permitiría bailar.
Bailar.
En mi mente se
dibuja con tiza blanca una niña, seguramente virtuosa, seguramente sobresaliente.
La imagino chiquitita, con cara de duende travieso, seguramente jugando a
bailar.
Quiero imaginarla
así.
“De niña yo vivía con mucho susto, un
sentimiento que aún conservo y que en parte ha sido mi motor. El
miedo mueve. El miedo hace crear porque tú
quieres inventarte un mundo donde tus ideas y tus sueños funcionen.
Digo que no sé, que aún el proceso me intimida. Todavía me asusto como la
primera vez”, dice...como para ayudarme a imaginar.
Me imagino a Pina.
Pero no puedo, por más que intente, imaginar lo demás. Siento que mi
imaginación será mezquina, que la imaginación no puede resumir años de estudio,
ejercicios, ensayos, sacrificio, dedicación, creación. No sé. Como que no alcanza. No me alcanza.
Y justo cuando llego
a esa imposibilidad, cuando me golpea esa certeza, recibo de brazos abiertos a
la Pina que Wim Wenders amó, admiró y que homenajea en rutilante 3D.
Observo a Pina
detrás de una mesa siguiendo con mirada atenta a sus bailarines, a algunos esa
mirada los siguió durante décadas. Escucho su voz que le dice a uno de ellos:
“Tienes que seguir buscando”.
Recorro las calles
de Wuppertal. Esas calles que andaron y desandaron los pies de Pina. Me subo a
su tren colgante. Luciendo orejas de conejo, miro a través del vidrio de sus
ventanas. Así, hipnotizada, entro a la sala de la compañía Tanztheater Wuppertal.
TanzTheatre-Danza
Teatro.
Me siento detrás de
una fila llena de cabezas flotantes.
Podríamos decir que
la danza teatro es una unión del teatro y la danza.
(obviedad)
(simplista)
Para entender el
rollito del TanzTheatre, para comprender que es más que danza, más que teatro,
más que ambas-dos-juntas, empieza La consagración de la primavera.
Entramos a Café Muller. Y el mundo parece una
maqueta llena de recuerdos, de sillas y recuerdos. Y ahí confirmo a la niña con
cara de duende, a esa que pasó su infancia visitando Café Muller.
Tristeza y
Melancolía. Melancolía y Tristeza.
Bailarines
que representan tres generaciones (adolescentes, mediana edad, y personas por
encima de los 65 años) seducen en Kontakthof.
Pina susurra en nuestro oído: “Kontakthof es un lugar de encuentro
para
buscar contactos.
Muéstrate tú mismo. Rechaza.
Con miedo. con
deseos.
Decepciones. Desesperaciones.
Primeras experiencias. Primeros intentos"
Salgo por alguna ventana que no existe y me encuentro con más baile. En las
esquinas de las calles, en fábricas, en casas con grandes ventanales, en cimas
de montañas, en piscinas. Me siento ligera.
Después llega el agua, litros y litros de agua. Lluvia, ríos y mares se
derraman en el escenario de Luna llena. Un enorme cráter es humedecido sin
descanso.
Pina es una pintora, reflexiona uno de sus bailarines. En mi mente se
aglutinan cuadros. Imágenes furiosas y coloridas.
Ellos, los Pinadancers nos hablan de amor, seducción, violencia,
separación. Ellos, los Pinadancers recuerdan a Pina, y
mientras intento imaginarla, consigo imaginarla, ellos sueñan con soñarla.
Nos acercamos al final, pero las sonrisas de los bailarines nos dicen que
no es un final. Hay demasiadas sillas en el escenario, demasiada agua debajo de
sus pies, demasiado aire bajo sus brazos. No puede ser un final.
“Baila por amor”, dijo una vez. Y ahí están, bailando por amor, y ahí
estamos amando ese amor.
Los créditos salen y sentís que en este día gris…no estás perdido.
Lo mejor: Hermosa, abrumadora.
Lo peor: que Pina no la haya visto.
La escena: difícil elegir, hay un montón.
Lo más falsete: …
El mensaje manifiesto: Pina Vive.
El mensaje latente: Pina Vive y el 3D finalmente tiene sentido.
El consejo: Es una obligación verla, corre porque estará pocos días en cartelera.
El agradecimiento: A Londra Films por permitirnos la dicha de disfrutarla en 3D.
El agradecimiento: A Londra Films por permitirnos la dicha de disfrutarla en 3D.
CURIOSIDADES
El verdadero nombre de Pina es Philippina Bausch.
Pina fumaba constantemente y le diagnosticaron un agresivo cáncer de pulmón
el mismo día que murió Michael Jackson. Ella murió cinco días después del
diagnóstico y dos antes de que comenzaran a filmar el documental de Wim
Wenders.
Wim Wenders era amigo íntimo de la bailarina, y desde muchos años atrás
querían trabajar juntos en un proyecto sobre su compañía. Con el surgimiento y
auge del 3D, pensaron que era el momento ideal para hacerlo.
Con el fallecimiento de Pina, Wenders canceló el proyecto pero los
bailarines convencieron al cineasta para llevar a cabo el mismo como un
homenaje a la artista.
Fellini la convenció para actuar en “Y la nave va” (1983). Y también
Almodóvar, muchos años después, en “Hable con ella” (2002)
Wenders se encuentra trabajando en un documental sobre arquitectura,
también en 3D.
Pina estaba trabajando en un espectáculo inspirado en Chile y en Violeta
Parra que se estrenó después de su muerte.
Wenders y Pina tenían una amistad de 24 años.
“Café Müller" fue la primera coreografía de Pina Bausch que vió
Wenders en 1985 (en el teatro "La Fenice", de Venecia), una pieza que
lo "impresionó y conmovió profundamente", según sus propias
declaraciones.
Se estima un presupuesto de 3.500.000 $us. aproximados.
Ha recaudado más de 18 millones alrededor del mundo hasta finales del año
pasado.
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