martes, octubre 02, 2012

QUIERO VER EL ROSTRO DE MIS HERMANOS
Por: Mónica Heinrich V.

Pensaba hablar de la decadencia de algunos espacios cinematográficos locales, de la desidia que enfrentan muchos eventos culturales made in Bolivia, de la ley del mínimo esfuerzo aplicado en actividades públicas, de la nula autocrítica. Sí, pensaba hablar de todo eso, de que hubo un tiempo que fui joven y feliz. Pensaba citar a Baudelaire y a Los Bronco en una sola línea hacia el infinito.

Pensaba. Pero para qué. Para qué si anoche jui a la Casa de la Cultura, y nunca fue tan Casa de la Cultura. Para qué si anoche me senté en una butaca, y tuve una experiencia de esas que solo se tienen una vez en la vida: Mágica e inolvidable. De esas que mutan tu espíritu en cada célula.

Todo ese Grinch cinéfago que llevo dentro salió de su asquerosa larva y se convirtió en una mariposa cursi y llorosa. Y claro, ahora tengo que hablar del FENAVID, gestor, impulsor, creador y muchos otros “or” de una movida cinematográfica que solo puede emocionar.

No somos pocos los que seguimos el crecimiento del FENAVID: El Festival Internacional de Cine Digital nació como un evento universitario, chiquito, con pocos recursos y llevado a cabo de manera muy sacrificada. Este no fue uno de esos festivales que tuvo el apoyo de las grandes empresas o de los órganos municipales, a los que les gusta caretear con la cultura, ni siquiera tuvo (en su momento) el apoyo de la prensa. No. El FENAVID se hizo a base de empuje y empeño. Calladito y de a poco.

El FUNDAV dirigido por el maestro Alejandro Fuentes, es quien se encarga de llevarlo a cabo año tras año. Se selecciona una muestra conjunta/gratuita de largometrajes, cortometrajes y se organiza un proyecto tan lindo como el Santa Cruz 100X100.

Y señores, cada año que pasa se superan.

Este 2012 en un acuerdo con el GOETHE ZENTRUM, nos regalan un espectáculo sin precedentes. Por primera vez podemos ver la mítica Metrópolis de Fritz Lang con el acompañamiento al vivo de la Orquesta Sinfónica Juvenil de Santa Cruz interpretando la música original del filme.

(espacio para que recuperen el aliento que acabo de quitarles)

Esto significa vivenciar Metrópolis como “antes”, como cuando el cine era más que balazos, muñecos hechos en computadora y los pinches lentes que te dejan con ganas de vomitar. Así nomás.

Y yo que la había vivenciado como ahora, en una pantalla de TV, con un DVD remasterizado, y con control remoto a mano, pues solo podía aguardar el momento con especial interés.

Para la proeza, la orquesta estuvo ensayando desde el año pasado, y hace dos semanas llegó directamente desde Alemania el director Helmut Imig, quien hizo una selección entre los músicos y terminó de pulir la pieza para la inauguración del 1 de octubre.

Sé lo que están pensando, yo también lo pensé profundamente y sí…puede existir espacio para el escepticismo, podés decirte basado en experiencias anteriores: “No lo van a lograr ni por si acaso”, pero aviso que la hermosa interpretación sopapea y deja mudo.

Metrópolis fue estrenada en 1927 y es una de las obras cumbres del realizador austriaco Fritz Lang. Situada en el año 2026, forma parte del expresionismo alemán y toma de escenario una sociedad distópica. Según Lang se inspiró para filmarla cuando conoció Nueva York y vio sus grandes rascacielos.
La historia la escribió Thea von Harbou, popular escritora de la época y con quien Lang se casó en 1922. Después de varias reescrituras, el guión quedó listo y se procedió a filmarlo en 1925.

El filme da vida a un sistema en el que los ricos se alimentan del duro trabajo de los obreros. Los obreros son mantenidos en un estricto régimen de trabajo bajo tierra. El dueño, amo y señor de ese imperio es John Fredersen (Alfred Abel). El sujeto se reprodujo y tiene un hijo llamado Freder (Gustav Frolich).

La aparente rutina es rota cuando Freder se da cuenta de la terrible situación que viven sus “hermanos” en las sombrías profundidades. A ello se suma su embeleso por una mujer de nombre María (Brigitte Helm) que representa la pureza, la igualdad, y la justicia. María, revestida de un misticismo casi divino, calma a los exhaustos trabajadores y los exhorta a esperar un mediador que ayude a cambiar las abusivas condiciones en las que viven.
Freder, a su vez, sufre al darse cuenta de todo aquello que había ignorado. En una escena gritará: “Es que 10 horas no pasan nunca, padre?”…10 horas es el tiempo del turno de un trabajador.

John Fredersen, como buen tirano, olerá la subversión e intentará frenarla valiéndose del ser-máquina (robot con forma de mujer, invento de un rival).

Intrigas de por medio, el filme recrea las traiciones, la estupidez de la masa, las consecuencias de acciones extremas, la violencia que engendra violencia y cierra con un mensaje conmovedor que se repite constantemente en el filme: “El mediador entre el cerebro y la mano ha de ser el corazón”.

Eso, sin mirarlo mucho y usando solo al corazón como mediador entre el cerebro y estos deditos que teclean en la oscuridad, sería básicamente Metrópolis.

Usando solo el cerebro, pues la película tiene muchas lecturas. Estamos hablando de esa durísima época de la Alemania pre-nazi, esa en que gracias a la I Guerra Mundial, la pobreza, la falta de empleo, la hiperinflación hicieron lo suyo. Esa en la que se trabajaba a destajo para vivir en condiciones paupérrimas, esa que estaba en su punto caramelo para recibir de brazos abiertos un proyecto como el nazismo.

El retrato de una clase social privilegiada, ociosa, rendida al hedonismo mientras los obreros que le proporcionaban dichos placeres desfallecían de cansancio, es simplemente una alegoría quizás a esa situación. Una alegoría que te deja con un nudo en la garganta.

Años después Lang expresaría su insatisfacción con el mensaje político del filme: “La tesis principal pertenecía a la señora Von Harbou, pero debo ser un 50% responsable porque hice el filme. No era tan consciente políticamente esos días como lo soy ahora. No puedes pintar un cuadro de conciencia social en el que dices que el intermediario entre las manos y el cerebro es el corazón. O sea, eso no existe, es un cuento de hadas. Definitivamente. Pero estaba interesado en las máquinas. De todas formas, no me gustó la película, una vez finalizada pensé que era estúpida y tonta”.

No sé si es estúpida y tonta, como creyó después Lang. Puede ser que el concepto del mesías salvador y de las masas oprimidas que deben esperar a su salvador o la evidente metáfora de activar el corazón (mediador), sea un poco complaciente y naif. Puede ser que la María pacífica que es pintada como buena y correcta Vs la María que es la que lidera la revolución es retratada como villana, sea solo un prefacio de las filias políticas de la doña que escribió el guión. Puede ser que el guión a mitad de camino pise acelerador a fondo y se vaya para muchos lados. Puede ser. Pero eso no quita que para su época y para la nuestra sea un referente desde todo punto de vista.

A nivel estético es una jodida obra de arte. Una apuesta vanguardista, de la que han bebido muchos filmes como Blade Runner, entre otros.

Ante la carencia de la maquinaria de efectos especiales con los que contamos ahora, Lang usó técnicas como la Schufftan que consistía en interponer un espejo entre la cámara y la acción, que reflejaba la parte del decorado que por tamaño y/o costos seria imposible de realizar, creando así la ilusión de que los actores ocupaban monumentales sets.

El arte del filme mezcla lo gótico con lo futurista. Los edificios gigantes que hacen que el ser humano se vea pequeño ante su magnificencia, el estilo de la catedral situada en la ciudad o de la casa de Rottwang (inventor del ser-máquina), todo se reviste de gótico, y a su vez se presentan líneas o elementos arquitectónicos avanzados a su época: los imponentes rascacielos, las salas de máquinas, el laboratorio donde se creó el ser-máquina.

Como no podía ser de otra manera, la armadura del robot fue creada por un famoso escultor Walter Schulze-Mittendorff, y el traje era tan incómodo que la actriz acababa con moretones y raspones por todo el cuerpo.

Otro tema a estudiar sería el constante paralelismo con la religión. Lang, cuyo padre era católico y cuya madre era judía, nunca tuvo interés en su herencia judía y fue criado por su madre como católico. No era devoto, pero símbolos católicos aparecieron con regularidad como parte de la temática o el diseño de arte de sus películas.

En Metrópolis se habla de la Torre de Babel, el personaje femenino se llama María, los discursos en las catacumbas son dados en medio de cruces, la figura del mesías es usada como hijo que se sacrifica por sus hermanos, la violencia de la masa tiene que ser castigada con una inundación, los siete pecados capitales son mencionados, la humanidad "dominante" es vista en su conjunto como cruel, fría e inescrupulosa, una humanidad que puede encontrar la rendención en lo espiritual...

Hay, también, una dualidad manejada en todo el filme: María es a la vez buena y mala, Freder es a la vez el hijo del tirano y el supuesto salvador, El tirano es a la vez el otro villano que amaba a su esposa, los obreros son víctimas y más tarde son instrumento de caos y destrucción, Lang maneja muy bien esas dualidades dotando al filme de una característica fascinante que la hace indispensable.

Metrópolis es, sin duda alguna, una obra que tiene que ser vista, estudiada y disfrutada.
Una obra cuyo director fue compulsivamente detallista para filmar, desde la estricta selección de extras, hasta el rodaje en el que Lang hacía repetir la misma toma una y otra vez. La toma en que Freder colapsa ante los pies de María tomó tres días en filmarse. El director se hizo conocido por su carácter tempermental y perfeccionista.

Nada raro, tomando en cuenta que Lang estudió arquitectura por órdenes de su padre, luego la abandonó para ser pintor, estuvo en el ejército durante la I Guerra Mundial, fue herido en tres ocasiones, y se dice que la visión oscura de una humanidad poco piadosa y salvaje lo acompañaría siempre.

Ese imaginario particular está presente en cada fotograma de Metrópolis.

Si hay algo mejor que acercarse a la colosal Metrópolis de Fritz Lang es hacerlo con una orquesta sinfónica al vivo. TIENEN QUE VERLO.

El FENAVID lo hizo posible, esta noche a las 21:00 en la Casa de la Cultura se presenta por segunda y última vez. 

Consulten también la programación del resto del festival, ya que en el menú hay películas interesantes,  y para los que nos quedamos con ganas de más, habrán otras funciones en que se manejará el mismo concepto para una selección de cortos (proyección más orquesta al vivo), la información completa en: www.fenavidinternacional.com/

La ciudad está de fiesta, la ciudad respira cine, ¡qué linda está la ciudad!

Lo mejor: Verla como tiene que verse.
Lo peor: Que no se pueda exhibir en más funciones.
La escena: el horror que golpea a Freder cuando se encuentra por primera vez con sus “hermanos”.La inundación.
Lo más falsete: El cambio de actitud del tirano.
El mensaje manifiesto: El corazón debe mediar entre manos y cerebro.
El mensaje latente: Hay que esperar al mesías…
El consejo: No dejés pasar la oportunidad de verla.
El personaje entrañable: Los niños…la cantidad de niños pobres, cuyos padres trabajan todo el tiempo.
El personaje emputante: La clase dominante pusilánime, hedonista y poco empática con los obreros que le brindan la abundancia en la que viven.
El agradecimiento: a FUNDAV y al FENAVID por esa gran labor que llevan a cabo y que merece destacarse con mayor énfasis.

CURIOSIDADES 
- El filme incluye más de 37.000 extrras: 25.000 hombres, 11.000 mujeres, 1,100 hombres calvos, 750 niños, 100 personas de piel oscura y 25 asiáticos.
- Se dice que es uno de las películas favoritas de Hitler.
- Fue uno de los filmes más caros de su época costó alrededor de 5.000.000 de marcos y casi casi mandó a su estudio (UFA) a la bancarrota.
- Tardó 2 años en filmarse
- El robot de este filme inspiró el look de C-3PO de Star Wars.
- Fue tan influyente en los creadores de Superman que nombraron a la ciudad del súper héroe en honor al filme.
- Thea Von Harbour (guionista), esposa de Fritz Lang era entusiasta seguidora de los nazis. Adolfo Hitler era cercano a su círculo, de hecho le ofrecieron a Lang el puesto de director de la UFA, cosa que declinó. Lang era de origen judío y no simpatizaba con el régimen. Finalmente, mientras la filiación de su esposa crecía, se divorció y se trasladó a USA.
- Lang fue casado anteriormente con Lisa Rosenthal, quien se suicidó tres años después de contraer nupcias. Los rumores de la época apuntaron a que el suicidio fue provocado por la relación extramatrimonial con Thea Von Harbour.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Interesante análisis de una gran película. Envidio sanamente la experiencia que relatas, ojalá el espectáculo se traslade a otras ciudades y los que no podemos estar en Santa Cruz tengamos también la oportunidad de ver algo de esa magnitud.
Siempre un placer pasar por esta página.
P,

locotopicante dijo...

Genial Mónica! gracias x los datos. Hasta hoy que no la miro, y ya me dieron ganas, la buscaré. Qué bueno que volviste a escribir, se te extrañaba.
Un beso.

Aullidos de la calle dijo...

P.
Sí puej, sería alucinante que el espectáculo se pueda mostrar en todo el país. Parece que los derechos son caros y que el trato fue solo para dos funciones. Igual ya es algo sin precedentes, que se agradece eternamente por esas dos funciones. Graciasss por lo de placer =)


LOCOTITO!!! Tanto tiempo che, mirala y contanos qué te parece. Nosotros también te extrañamos.
Besos a ambos.