miércoles, abril 06, 2011

Disney + Lynch = WOW
Por: Mónica Heinrich V.
Era imposible imaginar que David Lynch, NUESTRO David Lynch, hiciera una película con Dinsey. Impensable que ya que la hizo, sea buena. Digo, no es que Disney sea una mierda, sino que Lynch ha creado cosas impresionantes que nada tienen que ver con el mundo de Mickey Mouse. Y dada las nefastas experiencias de otros directores (Hola, Tim Burton) con ese almibarado mundillo, tal cocktail no parecía recomendable.

Por eso es que este filme sorprende. Sorprende, conmueve, enamora.

Con una sencillez exquisita, Lynch nos cuenta la historia de Alvin Straight (interpretado por un extraordinario Richard Farnsworth). Alvin es un tipo de 80 años. Se encuentra en la postrimería de su vida, tiene mal las caderas, principio de enfisema, una posible diabetes y la vista ya no le funciona bien. Convive en un pueblito de Iowa con Rose (Sissy Spacek) , su hija cuarentona que sufre de un leve retraso mental y problemas para hablar. Una noche le
 avisan que su hermano Lyle ha sufrido un infarto. Lyle vive lejísimos, en Winsconsin.

Nuestro protagonista tiene una rencilla de décadas con su hermano, y por ese motivo no se hablan desde tiempos inmemoriables. Cuando ve que la estantería está comenzando a fallarle(s) en serio, decide ir a visitarlo. El motivo de la disputa jamás es revelado, el motivo por el que emprende el viaje, queda tácitamente comprendido.

Un tipo sin mucho dinero, viejo, al que no le gusta ni volar ni viajar en bus, tiene que recorrer 250 millas a través de la América rural. Sin auto y sin absolutamente nadie que lo apoye en tan encomiable viaje, agarra la podadora de su casa, y montado en el
la le hace honor al lema de: El mundo es de quien se arriesga.

The straight story es un proyecto que en manos de otro director puede fácilmente caer en el ñoñerío gratuito y sensibilero. Gracias a Dios, a Lynch el pulso no le tiembla para mostrar exactamente lo que se necesita mostrar, para decir sin decir, sin remarcar o amplificar pequeñas escenas.

La travesía estará cargada de obstáculos y personajes de muy distintos talantes. Lo mejor es que el guión escrito por John Roache y Mary Sweeney no está exento de humor, drama y hasta tensión. Las seis semanas que el viaje dura son condensadas con precisión en casi dos horas de metraje que se pasan volando, acompañando a una hermosísima fotografía propiedad del señor Freddie Francis, que ya había trabajado con Lynch en aquella gloriosa película llamada El hombre elefante. 

Como espectador no queda otra que apegarse a Alvin como si se tratara de un viejo amigo. Pujar porque llegue a destino, porque ese reencuentro entre dos seres que comparten sangre, infancia y un pasado, se concrete. Cuando pensás que no se puede poner mejor, te topás con la escena del bar. GRAN GRAN escena. Esa escena sola, hace que la película no sea sólo buena, sino soberbia. 
El final llega tan simple como el inicio, mostrándonos a ese Lynch que sólo se puede amar. Amar como a este pequeño filme. 

Lo mejor: Una película muy bien dirigida, muy bien actuada, muy bien guionizada, a la que no se le puede objetar nada.

Lo peor: Nada.

La escena: La del bar y el final.

Lo más falsete: Nada.

El mensaje manifiesto: La sangre jala.

El mensaje latente:  La vejez te da la sabiduría necesaria para acortar distancias que una juventud estúpida creó.

El consejo: Vela! Prometo que no te arrepentís.

La pregunta: ¿Lynch será tentado por Disney otra vez?

CURIOSIDADES

- La historia es basada en un hecho verídico ocurrido en 1994. El anciano de 76 años, falleció tres años después de hacer el viaje en el que el filme se inspiró.
- Para los que fuimos tocados por la magia de la serie canadiense: Anne the Green Gables, recordamos a Richard Farnsworth como el actor que interpretaba entrañablemente a Mathew Cuthbert.
- Fue la última película de este extraordinario actor. Richard se suicidarí al año siguiente de un tiro de escopeta, después de padecer una larga enfermedad.
- Richard fue el actor más viejo en ser nominado al Oscar, contaba con 80 años cuando fue nominado como mejor actor por el papel de Alvin. Lastimosamente, no ganó.
- The straight story, fue filmada en orden cronológico.
- El nombre verdadero del hermano de Alvin no era Lyle sino Henry, pero se le cambió el nombre porque éste no quiso que apareciera el verdadero.
- Tuvo un presupuesto de 10 millones de dólares.
DESPUES  DE LA LLOVIZNA
Por: Mónica Heinrich V.
Recuerdo a Iciar. A Iciar, a la que una vez me topé una madrugada por tv cable con su ópera prima Hola ¿estás sola?, donde abordaba con frescura el viaje de dos jóvenes mujeres, un viaje de autodescubrimiento. El guión, en ese momento, corrió a cargo de la misma Iciar y del gran Julio Medem. Eran mediados de los 90s. 


Recuerdo a Iciar, cuando en una sala de Madrid, vi Te doy mis ojos. En un país donde los índices de violencia doméstica son alarmantes e infames, una obra sobria como este filme, resultó una grata experiencia. Pensé: "es talentosa" y desde entonces el nombre no se me olvidó. Una de las cosas que más me gustó de Te doy mis ojos, fue que la directora se dio el lujo de retratar una relación abusiva, enfermiza, desgraciada, sin mostrar un solo golpe o un solo abuso físico en casi todo el filme, recién al final o en uno o dos momentos sufrimos el hecho en sí mismo, por lo demás la violencia era tácita y asumida en el vaivén de los personajes. Aquí también actuaba Luis Tosar como el macho golpeador, cuyo papel no era sólo golpeador malo pérfido, sino que incluía humanos matices. El guión lo escribió Iciar y una tal Alicia Luna. Era el año 2003.


Recuerdo a Iciar, cuando en una sala del Bella Vista proyectaron Flores de otro mundo, como parte del Ciclo de Cine Europeo. En este filme que era el segundo en su filmografía, pero el tercero que tenía oportunidad de ver, la historia era otra vez sobre mujeres. El amor, las diferencias culturales y la migración se mezclaban, ahora menos sobriamente, menos "interesantemente". Sin embargo, el oficio como directora era respetable. Otra vez ese gran actor llamado Luis Tosar, uno de sus protagonistas. El guión fue escrito por Iciar y Julio Llamazares. Habíamos llegado al 2005.


Así que cuando me dijeron que esa mismita Iciar iba a agarrar sus chécheres y venirse a filmar una gran superproducción en estos peladares, mi impresión inicial fue WOW, y casi dar saltitos de alegría ante lo que prometía ser una buena película. 


Repito, en un balance general, el trabajo de Iciar Bollaín demostraba talento, entrega, y porqué no, compromiso. 


Pero la vida, que siempre es como es y no como uno quiere que sea, nos golpea sin piedad. Llegada la hora magna de la premier, y con todos los crespos hechos, me dirijo a la sala del Cine Center. Sonrisas y saludos se reparten, Juan Carlos Aduviri está presente. Discursos, un video de la directora agradeciendo a todos, y las consabidas disculpas por no poder llegar a Bolivia para la premier...y bla bla bla bla. 


Luces OFF.


...


104 minutos después...

"¿Qué te pareció?" pregunta uno de los compañeros de butaca. "Estoy levemente indignada" digo.


Y es que También la lluvia puede prestarse para un descarnado debate sobre contenido, forma y resultado global. Sobre perspectivas, know how, y mensajes subliminales. Sobre efectividad y eficiencia. Sobre mucho y poco. Sobre todo y nada. 


De mi parte la puedo analizar desde dos ópticas:


1) Intenciones, divino tesoro...


Gael es Sebastián, un director de cine, dizque ñoño, idealista, que quiere filmar una versión desmitificada del descubrimiento de América. Luis Tosar es Costa, el inescrupuloso productor que desea ahorrarse hasta el último quinto del ajustado presupuesto con el que la película cuenta. Para eso vienen a Bolivia, porque es barato y hay harto "indío". Aduviri es Daniel, un líder de los movimientos sociales que quiere frenar el abuso de una transnacional sobre el agua. Este líder se presenta, junto a su hija, al mentado casting de la película y termina con uno de los papeles principales. Luego surgen los problemas porque al estar inmerso en el conflicto del agua, Costa y Sebastián andan con la angustia de que Daniel les eche a perder la película o que el conflicto no les permita terminar de filmar.


La guerra del agua. Hmmmm jodidito intentar llevar a pantalla un tema tan complejo. Hacer un paralelismo con el saqueo de la colonia española, insertar una mirada benévola y compasiva hacia los abusos cometidos. Dar una reflexión crítica de culpa atávica arrastrada inconscientemente por los españoles que llegan a filmar en tiempos modernos una película  sobre Colón y Casas. Acariciar de paso la voracidad y abuso de las transnacionales, la situación paupérrima y desprotegida de nuestros  coterráneos, la usurpación de un recurso vital como el agua, la impotencia, la discriminación. Y en medio de todo eso, debates sobre lo moral, lo inmoral de la producción del filme teniendo en cuenta que el protagonista es el líder de los revoltosos. Idas y venidas de nuestros personajes que luchan contra sus prejuicios, sus propios miedos y lo que "debe hacerse". 


Un poquito demasiado, no? 

Pero esas son las supuestas intenciones. Y por eso el gringo/europeo  puede batir palmas  y pensar que estamos ante la gran película de cine denuncia, de cine social. Y por eso también, habrá el boliviano que se sienta agradecido, o representado. 


O sea, si lo vemos como película de entretenimiento X para atragantarte de pipocas, sin reflexionarlo mucho, diciendo: Ay, qué bonito se ve Gaelito. Qué lindo se ve Cochabamba, uy qué intensa la Guerra del agua, al fin bolivianos en una gran superproducción y etcéteras...ya, digamos que bien, MUY bien. Si decimos QUE GRAN PRODUCCION, ídem...QUE GRAN PRODUCCION...


2) ¿Cine-denuncia?

Si lo vemos como cine-denuncia o cine-social es cuando el tema apesta, y apesta mucho. Creo que más por desinformación y desconocimiento de cosas básicas a nivel argumental que por una conciencia real de que el guión está tiradísimo de los pelos y lejos de ser una atizada de conciencias, resulta autocompaciente. 


El guión fue escrito por el laureado Paul Laverty, esposo de Iciar, y guionista habitual de Ken Loach. Hmmm para ser sincera cuando supe que También la lluvia la escribía el guionista de Loach, mi entusiasmo bajó considerablemente. Es aún un misterio cómo Loach sigue cosechando premios y galardones con películas que, nuevamente, puede ser que tengan buenas intenciones, pero que no pasan del panfleto insípido aleccionador, en ocasiones oportunista. 


En También la lluvia las tres vertientes por donde podemos agarrar la historia se entrecuzan chapuceramente. A saber: 1) La película sobre Colón y los OBVIOS y redundantes paralelismos con lo que pasa en "la vida misma" 2) La vida misma, sí...en el siglo XXI siguen cometiéndose abusos, oh! sorpresa! 3) Relación entre el convertido (Tosar) y el rebelde con causa (Aduviri) digna de capítulos de telenovela de Televisa.


La Guerra del Agua ni siquiera la pongo como una de las vertientes a amplificar porque más parece accidente que otra cosa. Es como una excusa ornamental para poner todo lo demás dentro. A un extranjero no le debe quedar muy claro el conflicto y sus alcances, porque me parece que NO es el punto central del filme, aunque así no los hayan querido vender. Sí hay la intención de decir que la colonización subsiste en diferentes órdenes y medios, pero es tan torpe la relación que sólo funge como elemento publicitario.


Los diálogos son tan hmmm comentados....no se guardan nada, todo es directivo, sí, qué jodido fue el colonialismo, qué jodido viven aquí, qué jodidas las transnacionales, qué jodido el futuro, qué jodido lo del agua, qué jodido los abusos, qué jodida la policía, qué jodido...


Todo reflexionadito, escupidito como para que quede claro el asunto, sólo faltaban letreros con palabras claves y ahí ya terminaban de dorarnos la píldora.


El mensaje final no es otro que el mismo paternalismo absurdo que se critica durante el filme, es una especie de "discriminación positiva", donde el peso recae sobre el cambio de actitud del personaje de Tosar y el repentino compromiso con la suerte de Aduviri. 


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Lo que la termina de matar son los minutos finales, donde la artillería ñoño-emo se va con todo y nos regalan dos escenas que cualquier boliviano de a pie puede cuestionarse:


SPOILERS (Para los que no la han visto pasen al siguiente párrafo)

1) La mamá de la niña herida va a buscar a Tosar dizque porque es el único que puede ayudarla. POR FAVOR!!! todos los puestos de control los pasan gracias a ella, en un conflicto real de bloqueo por parte de los movimientos sociales, la última persona en el mundo que tendría pase libre y alfombra roja entre el despelote, sería un extranjero. La idea del mesías salvador es tan pero tan absurda, que dan ganas de botar la pipoca a la pantalla. 2) La escena final final. O sea, Aduviri líder de un montón de gente, con su hija coja, mientras sus compañeros de trinchera están o desaparecidos o heridos o quién sabe y su hija y esposa también están en el hospital, va a ir a encontrarse...por CASUALIDAD con Tosar y encima, después del zafarrancho vivido y con tantas cosas pendientes, se da el trabajito en ese entuerto de buscar una primorosa botellita, ponerle agua, colocarla en una primorosa cajita de madera, con un primoroso lazo, y entregársela primorosamente conmovido a su salvador, devenido en futuro benefactor??? MATENME. Y como estas dos flores hay varias más.

SPOILERS (Fin de las escenas comentadas)


En líneas generales y tomando estas perspectivas, podría decir que el gran gran gran problema de También la lluvia es que se toma muy en serio a sí misma, es esa solemnidad con la que supuestamente ha dicho profundas y trascendentes verdades, esa postura de cine serio, comprometido y denunciante, lo que hace ruido y da pocas nueces,  cuando en realidad estamos ante un producto de factura cumplidora, que tiene todas las características de un filme hollywoodense de esos que podría protagonizar Matt Damon , filmado por españoles, y nada más. 


Las actuaciones, están bien. Sobre todo Tosar y Elejalde (Colón)...nuestro Juan Carlos Aduviri no está mal, tiene presencia, pero es un actor que hace un digno papel, al que todavía le falta mucho camino por andar.


Una linda música. Buena fotografía. Buena dirección de arte. Buena producción. Buen Maquillaje. Son algunos de los puntos fuertes de esta propuesta. A nivel técnico, es una muy buena película, considerando cómo fue filmada, y las propuestas chafas que generalmente nos presenta el cine latinoamericano, está impecable. 


Por lo demás, no es un filme inolvidable (pudo serlo) y a mi muy personal punto de vista, me parece un paso atrás de su directora: Iciar Bollaín, de la Iciar que vi por tv cable, en Madrid, y en el cine Bella Vista. Hay más plata, sí. Hay más bombo, sí, pero el contenido intimista, sobrio, que antes era su fuerte, ahora naufraga soso y cacofónico en medio de una gran superproducción.


También la lluvia, es entonces una película light que finge ser profunda. Como que te comprés un panda por internet, luego llegue y descubrás que es un osito cualquiera al que lo han pintado como a un panda.


Lindo tu panda fake, pero NO es un panda.


Lo mejor: la participación de gente boliviana que prueba que en el país existe el talento, el equipo y las ganas para lograr buenos proyectos.

Lo peor: larga, reiterativa, autocomplaciente.

La escena: la de la cajita, pero por lo absurda

Lo más falsete: las dos cosas comentadas en los spoilers

El mensaje manifiesto: Que no te vendan oso hormiguero por panda

El mensaje latente:  Los pandas están en extinción

El consejo: Mirala, por ahí sos parte del grupo que se conforma con la película entretenida, donde Cochabamba sale bonita.

La pregunta: ¿Recuperaremos a Iciar?

CURIOSIDADES

- La escena de la cruz, es igual (homenaje) a una escena de la Dolce Vita de Fellini, sólo que en lugar de una cruz lo que el helicóptero transportaba era un Cristo.

- En un principio iba a ser sólo una película de época, que cubriría los viajes de Colón y de Bartolomé de las Casas. Laverty cambió de idea y quiso mezclar ese periodo con la resistencia indígena en latinoamérica.

- Se tardó nueve años en terminar el guión.

- El personaje de Juan Carlos Aduviri se inspiró en Oscar Olivera.

- La película se hizo íntegramente con dos Red One y ópticas Cooke S4.

- Aduviri da clases de guión en la escuela de cine de El Alto.

- Iciar empieza a filmar Vicky Sherpa en Mayo teniendo como locación Nepal.

- También la lluvia es una producción de más de cinco millones de euros.

- Tardaron 9 semanas para hacerla, y contaron con más de 70 locaciones.

- El equipo de rodaje reunió a 130 personas.

- Se congregaron más de 4000 extras.

"WE ARE SUDAMERICAN ROCKERS"
Por: Mónica Heinrich V.

Digamos que soy simpatizante de algún gobierno. Digamos que quiero mostrarle al mundo que ese gobierno es bueno, necesario, y que está haciendo las cosas bien. Digamos que los ciudadanos de mi país viven en una nube de pedos con respecto a la política exterior que manejamos. Digamos que por mis contactos y mis obvias simpatías, tengo acceso a entrevistas cruciales en un momento histórico crucial. Digamos todo eso y un poquito más. 


Podríamos enmarcar a Oliver Stone en esos "Digamos" y a su documental Al Sur de la frontera como un resultado de todos esos "Digamos".  El problema es que nuestro querido Stone no hizo nada lo suficientemente profundo ni meramente interesante con lo que menciono. 


No hay que negar que Estados Unidos maneja una política exterior dedicada únicamente a sacar la mejor tajada de la torta, muy en onda maquiavélica de "el fin justifica los medios". Bajo esa consigna, USA ha apalancado dictadores, golpes de estado, invasiones, bloqueos, y un sinfín de crímenes de los cuales seguramente no conocemos ni la mitad. 


Lo peor, es que los medios controlan al americano promedio de tal forma que si se habla con 10 gringos, 8 no tienen idea de las medidas gubernamentales de su país y de cómo afectan sus políticas a los naciones más pequeñas. 


Eso es una realidad. No hay que negarlo. Y en parte entiendo la figura de Oliver Stone. Stone es veterano de la guerra de Vietnam, guerra en la que fue herido dos veces. Su participación en este macabro conflicto, lo llevaría a cuestionar el sistema, su forma de vida, y a su país a través de filmes como Platoon, Natural Born Killer, Nacido el 4 de Julio, JFK, entre otros. 


Todo bien. Stone quedó traumado. Sí, a mí también se me chiparían los cables. Entendible. Por lo menos se dedicó al cine y no a otras cosas. Por lo menos siguió viviendo y no como ahora, que la tasa de suicidios entre los americanos enviados a la guerra, es más alta que las bajas en batalla. Pero más allá del trauma y su empeñosa intención de "abrirle los ojos" al americano promedio, existe una carencia argumental que transforma sus más recientes trabajos en una suerte de panfleto vacío y cacofónico. 


En el 2003 empezaría con una cadena de trabajos de corte documental. ¿Qué mejor que un retrato íntimo de Fidel Castro? Comandante, es entretenido, sí. La figura de Fidel Castro, amén de si se simpatiza con él o no, es enigmática. Allí vimos a un Oliver Stone absolutamente rendido ante el carisma del líder cubano. La fascinación que Fidel provocaba en el director americano, era tan notoria que casi se le caía la baba. Sin embargo, teniendo las puertas abiertas de Cuba y, por decirlo de alguna manera, la apertura de Castro para responder, Comandante es un desperdicio y termina siendo la entrevista de un fan. 


Ese mismo año lanzaría Persona Non Grata, documental cuyo objetivo era indagar sobre uno de los conflictos más jodidos de la historia: Palestina-Israel. Vemos a Stone hablar con los extremistas que se inmolan en nombre de su religión y de su país, vemos a Stone hacer lo imposible por conseguir una entrevista con Arafat. Políticos, ciudadanos, militares, son entrevistados entre gallos y medianoche. No voy a decir que está malo, porque no lo está. De hecho, de sus documentales me parece el mejorcito. El problema es que te queda sabor a poco.


El 2004 regresó a Cuba para demostrarle al mundo que no era sólo un fan enamorado. En Looking for Fidel, cuestionó o intentó cuestionar al líder cubano sobre los fusilamientos sucedidos en la isla, sobre los presos políticos, y todo aquello que se le "olvidó" preguntar la primera vez. He de reconocer que el gringo se esmeró en "confrontarlo" aunque dicha confrontación siempre estuvo revestida de un airecito a "sé que tenés razón". 


No conforme con esos coqueteos, Stone decide hacer un documental que supuestamente analice o inmortalice el proceso del surgimiento de la izquierda en latinoamérica. Para ello, viaja a través de varios países y entrevista a gente como Lula, los Kirchners, Evo, Hugo Chávez, Correa, Lugo y Raúl Castro.


La idea está buena, efectivamente se vive un fenómeno de gobiernos de izquierda que vale la pena analizar a fondo. No es un fenómeno gratuito, ni el tipo de presidentes que han surgido en el cono sur son designios místicos. Las figuras elegidas resultan igual de interesantes que la temática, todos los presidentes mencionados podrían tener su propia biopic o documental. 


Al sur de la frontera, reivindica la idea de Stone de que fuera de las fronteras de USA, no se sabe mucho del resto del mundo o la información que se maneja es tergiversada por los medios americanos. De esta manera, el documental abre con una periodista americana indicando con voz de espanto que Hugo Chávez es adicto al "cacao", la bruta no se da cuenta que está hablando de COCA hasta que sus colegas la corrigen, y aún con la corrección, los ignorantes hablan de la COCA como si fuera el más fino polvo de cocaína.


Algunas otras muestras sobre la televisión americana, donde los periodistas dirigen a la opinión pública a pensar que en los países gobernados por la izquierda se vive en la más absoluta barbarie, y en la más cruel dictadura. 


Cada quien tiene derecho a tener sus opiniones, pero no seamos ingenuos. Stone no se equivoca en eso. Sin ir muy lejos, con todos los despelotes que están sucediendo en Egipto, CNN muy suelto de cuerpo reflexionaba sobre el gran peligro que supone perder al tal Mubarak, no olvidemos que el dictador que está en el poder desde hace 30 años es considerado "aliado" del gobierno americano. La reflexión sesuda de CNN continuaba diciendo que el GRAN PROBLEMA o el GRAN PELIGRO era que la persona que suceda a Mubarak tenga apertura o se pliegue a las "dictaduras de izquierda que están tan de moda en latinoamérica".  Nuevamente, cada quien puede tener sus opiniones, pero en esta "alarma" no existe otra cosa que intereses políticos y con intereses políticos me refiero a intereses económicos, claro. 


Siguiendo con Stone, su reflexión sobre la manipulación de los medios puede ser acertada, pero eso no alcanza para que su documental resulte más informativo de lo que critica. La primera entrevista se la hace a Hugo Chávez, y sucede un fenómeno similar que el que ya hemos visto con Fidel Castro. Nos quiere mostrar el lado humano, el lado bonito de Chávez. Nos lo intenta vender como alguien con los huevos suficientes para decirle a Bush: "You are a donkey, Mr Bush". Un tipo que recuerda su infancia, y vuelve a montar bicicleta. Bien. Pero, aparte del lado humano, no me dice mucho sobre lo buen o mal presidente que ha sido. Chávez, para variar, se escuda más en la consigna, que en datos o respuestas sobre temas puntuales.


Más bochornosas resultan las entrevistas a Evo Morales y a Cristina Kirchner. No sé qué le pasaba a Evo ese día, pero parecía muy cansado. Stone le pregunta dos o tres huevadas que me es imposible recordar, y le pide que le enseñe a mascar hoja de coca. Ajá, hagamos la cosa pintoresca, masquemos coca. Luego, juegan un poco de fútbol y eso es todo. Unas dos o tres preguntas más, que son respondidas también desde la consigna "antiimperialista" que ya hemos escuchado muchas veces, y listo.


Pasamos a la Kirchner, que hablaba hablaba hablaba hablaba, según ella, recién ahora la cara de los presidentes son las caras de los pueblos. Nombra como ejemplo a Bolivia, que dice que la cara de Evo es la cara de Bolivia y que la cara de Goni no era la cara de Bolivia. No sé, Bolivia tiene tantas caras jejeje. Pobre traductor, con tanto que habló Cristina ya no sabía ni qué traducir. Encima, a la dama, el humor se le agrió un poquito cuando Stone, en una muestra más de que lo suyo no son las entrevistas, le pregunta: "Cuántos pares de zapatos tienes?". Pregunta pelotuda donde las haya.


También hay espacio para el fallecido Néstor Kirchner, que bueno, ese sí habló cosas interesantes sobre su postura ante la política americana, y sobre las medidas de su gobierno. 


Luego vino la estrella del documental, Lula, que se comió en despliegue, magnetismo y lenguaje corporal al resto. Explicó de manera precisa los logros de su gestión, sus expectativas para Brasil, su política de no confrontación, dio datos precisos y todo sin dejar de mantener un férreo contacto visual con Stone. En su entrevista estaba presente Hugo Chávez. Bromeó un poco sobre él,  y en resumidas, fue de lo mejorcito en cuanto a su uso de la oportunidad.


Correa, aburrido y Lugo bien onda pastor. Raúl Castro interesante, aunque tiene la simpatía de una maceta. Y luego otra vez loas a Hugo Chávez.


Alguien me decía que por lo menos Oliver Stone tiene los huevos para tomar postura y actuar de acuerdo a eso. No digo que no. Creo que un documental es siempre el reflejo de una tesis o de una visión sobre algo. Más aún si este es político, necesariamente tiene que existir una posición. Pero al jugar con la realidad, si tu objetivo es que tu documental gane adeptos o convencer a los demás de tu visión, pues conviene trabajar un poquito más la estructura, las preguntas, la idea. 


Pudo ser un documental espectacular, el tema es MUY MUY interesante, contaba con todos los elementos para sorprender y, como dije y recalco, la oportunidad de entrevistar para un proyecto así a los personajes que Stone entrevistó no se da todos los días. 


Un extracto de una entrevista que le hicieron a Michael Moore, resulta lo más contudente y directo de todo el documental. Moore tiene una postura, pero la argumenta de una manera apasionada y generalmente, trata de documentarse en sus afirmaciones. Lo de Stone parece un viaje gringo-romántico, como esa gente que se pone la polera del Che y no sabe a ciencia cierta nada de Ernesto Guevara. 


Una pena que Al Sur de la frontera se quede en pañales. Stone le ha dado grandes trabajos al cine, pero desde hace años que no consigue recuperar esa fuerza y contundencia que lo hizo tan conocido. Esperemos que el futuro nos devuelva al Stone que todavía nos hace acudir a las salas de cine.



Lo mejor: la idea y la oportunidad de entrevistar a los personajes que entrevista

Lo peor: pobre. Entrevistas desperdiciadas

La escena: la pregunta de los zapatos, si María Galindo lo viera...

Lo más falsete: toda la onda de: qué buenos, puros y decentes somos porque la izquierda nos bendice.

El mensaje manifiesto: Stone ya está viejo

El mensaje latente: se puede tener la disposición de grandes personajes para entrevistar y la cagás igual.

El consejo: VELO, nunca está de más verlo.

La pregunta: ¿alguien hará un documental en serio de un proceso histórico como este?