martes, junio 29, 2010

La catarsis de Chuck
por: Mónica Heinrich V.

Ando a la caza de escritores escatológicos, rudos, groseros. Estos días de frío, de vuvuzelas, de insomnio crónico, de cansancio diurno, de apatía, de autismo, quería estar centrada en una lectura intensa. De esas que te saquen del sopor y te hagan susurrar WTF! Quería ausentarme del mundo y vivir a través del papel, como muchas veces hice, como muchas veces hago.

Chuck Palahniuk es conocido por tener el perfil perfecto a la hora de buscar cosas fuertes. Es el autor de ese maravilloso libro El club de la pelea, que luego popularizarían Brad Pitt y Edward Norton en la gran película homónima. Cómo olvidar a los grupos de terapia a los que acudía el protagonista en busca de “algo”, cómo olvidar lo antisistémico, nihilista de un personaje por el que en este postmodernismo (horrible palabra) sólo podés sentir empatía?

Bueno, Chuck escribió ese libro. Después hizo varios más y según él mismo, en una presentación le dijeron que pa cuándo se iba a soltar el moño y dejar de escribir las mismas huevadas de siempre. Hasta la supuesta y posera irreverencia puede volverse repetitiva.

Pero a Chuck ya lo conocía por su cuento Tripas (Guts) en el que de la manera más grotesca, pintadito con humor negro, del cochino no del fino, relataba las peripecias masturbatorias de varios crispines, coronando el relato con una imagen literaria difícil de olvidar y que a decir de testigos varios ha provocado más de 50 desmayos al ser leído en voz alta. No sé, cuando lo leí no pude evitar soltar la risotada, aunque me pasó lo mismo que a algunos…o sea, todo bien Chuck, pero a veces menos es más.

Y así, como esta vida triste y gris te lleva sin pensarlo a lugares inhóspitos, leí Nana. Y al principio me pareció más o menos, pero la historia detrás de Nana validó un poco el libro ante mis ojos. La edad de la inocencia, que ya pasó, hizo que entendiera a Chuck (luego de breves momentos de desconfianza) y que al repasar lo leído con los datos descubiertos, pudiera hacer un balance más personal de la experiencia.

Nana es el libro en el que Chuck intenta dejar sus temáticas de siempre y entrar en el terreno de la ficción-terror-suspenso, intentaba imaginarme la película que se filmaría si lo adaptaran, y me ponía a reír al hacer mi casting mental y al trasladar la acción a la Chiquitanía boliviana. Nana hace alusión a una canción de cuna (una nana), que puede ser usada como canción sacrificial y al cantarla podés matar a la persona en la que pensés en ese momento. Un periodista investiga las conexiones entre la muerte de varios bebés.

Dichos bebés fallecen por lo que comúnmente se llama “muerte súbita”. El periodista descubre que hay algo en común, a todos ellos su padre o madre les cantó una nana de un libro antiguo del que sólo hay 500 ejemplares.

Siguiendo las pistas de las muertes y de los libros llega a una mujer, que trabaja en bienes raíces y que aparentemente ha usado la nana para “limpiar” su camino de personas indeseables. Ante el descubrimiento y posterior rechazo a ejercer ese tipo de justicia casi divina, el periodista en un principio tratará de mantenerse al margen y de ponerse como objetivo la destrucción de todos los ejemplares en los que se encuentre la famosa nana para evitar así que sea “mal utilizada”.

Luego, como es un ser humano común y corriente, la mezquindad hará que sin querer queriendo use la nana de vez en cuando, sintiéndose culpable por no poder parar y dando pie a reflexiones varias sobre temas como la corrupción del poder, lo fácil que es romper principios y preceptos morales, lo difícil, por no decir imposible, que resulta volver a sentirte parte del mundo cuando ya has pasado ciertos límites y una crítica feroz al consumismo (tema recurrente de Chuck) y a la estupidización de los medios, así como el reemplazo de la soledad, los vacíos existenciales, y las tristezas con dichos medios.

Personajes secundarios como Mona u Ostra, especie de hippies freaks del medioambiente y con sueños de poseer el libro original donde se encuentra la nana y otros hechizos, para usarlo “ bien”, así como Nash, el enfermero con una repulsiva necrofilia o las personas que visitan buscando los ejemplares, conforman un collage bizarro de miseria humana.

Si bien tiene momentos bien redactados y en los que podés descansar un poco del efectismo para leer alegatos violentos contra lo establecido, la mayor parte de la lectura transcurre con una onda de querer “sorprenderte” y lo quiere hace rmedio a lapos. Con esto intento decir que me imagino a Chuck, en su casa, craneando que cosita más le puede meter para hacer la historia más grotesca, más impactante, más jodida. Y es ahí donde te desconectás un poco, porque ves al escritor, podés sentir la mano que mece la cuna y podés intuir lo que él quiere que sintás.

No obstante, se puede leer de un tirón. Es relativamente liviano en cuanto a ritmo e intenta darle vueltas de tuerca (que a mí me parecía cantado el final) para capturar emociones. Cuando lo terminé me asaltaron sentimientos ambivalentes, por un lado habían partes del libro que me “movían” y por otro lado, como ya dije, habían otras que me distanciaban. Me puse a buscar en qué contexto fue escrito…porque a veces el contexto te define una obra, y voilá.

No podía creer lo que mis ojos leían. Chuck escribió Nana por lo siguiente. A finales de los 90s su padre, Fred, separado...leyó un anuncio en el periódico de una mujer que buscaba pareja, lo contestó y Cupido hizo su trabajo. Empezaron a salir, las cosas marchaban bien. El problema? La mujer tenía una ex pareja que estaba en prisión por violencia doméstica y que había jurado matarla el día que saliera de la cárcel. El tipo sale, sigue a su ex mujer y al padre de Chuck hasta una casa…afuera les dispara a ambos, asesinándolos y luego arrastra los cadáveres dentro de la casa, prendiéndole fuego a todo. El asesino es llevado a juicio y Chuck tiene que declarar pidiendo no cadena perpetua sino pena de muerte.

Nana surge en ese contexto, en el proceso interior que Chuck lleva haciéndose cargo de desear la muerte del asesino de su padre. En un principio pensé que por ahí era truco publicitario, para engrandecer la imagen del escritor y generar ventas (casos se han visto), pero haciendo un concienzudo rastrillaje cibernético, llegás hasta el fulano y podés verlo en su celda, he is a dead man walking, podés ver su número de preso, el lugar dónde está, desde cuándo, el tipo de delito, e incluso, si sos lo suficientemente cuerudo contactarlo por email.

Odio decepcionar a la platea, pero no soy lo suficientemente cueruda, mi investigación llegó hasta comprobar que la historia existe y que Nana es lo que a momentos se siente, una cruda reflexión sobre hasta dónde se puede llegar cuando encontrás un motivo aparente para cruzar los límites.

Que no sea la mejor novela de Chuck, es lo de menos, que incluso resulte una lectura que a ratos se convierte en una suerte de película onda Hollywood, ni modo, pero que lo leés y hay partes que definitivamente llegan, es cierto también.

De Chuck rescato que amén de sus efectismos, logra una narrativa digerible, que no deja indiferente a nadie y que consigue hacerte reflexionar sobre algunos temas interesantes. Llegás a preguntarte qué harías de poseer una canción sacrificial y cuestionarte si podés elaborar un top 5 mental (como hice con un amigo que leyó el libro también) de seres humanos a los que por x o z dirigirías el hipotético castigo. Los resultados suelen ser sorprendentes.

La única salida, dice Mona, será rendirse y dejar que el mundo nos mate a Helen y a mí por nuestros crímenes. O podemos matarnos a nosotros mismos.
Le pregunto si esto son más chorradas de Wiccan.
Y Mona dice que no.
–No, en realidad es Karl Marx.
Ella dice:
–Después de matar a alguien, esas son las únicas maneras de volver a conectar con la humanidad. –Sin dejar de dibujar en su libro, dice–: Es la única forma de poder regresar a un sitio donde el mundo no sea tu némesis. Donde no estés completamente solo.

Para quienes deseen leer alguna obra de Chuck, les dejo este enlace donde pueden descargar Nana u otros tres títulos. Ya me contarán cómo les va.

lunes, junio 14, 2010

LUX AETERNA

Unamuno decía que Dios nos estaba soñando. Borges alguna vez reflexionó sobre cómo cesan los sueños cuando sabemos que soñamos. El gran Shakespeare en una de sus obras fundamentales recitaba: Macbeth, no duermas...que mataste al sueño.

Y así, sobre los pasajes oníricos se han llenado páginas. El sueño simbólico, el sueño real. El sueño Copia, el Sueño del Sueño, el Sueño hambriento, el Sueño cansado. Muchos sueños, sueños vivos, sueños muertos.

En medio de la vigilia, del insomnio, del absurdo sentido está Lux Aeterna. Este tema, fue compuesto por Clint Mansell en el 2000 para el filme Requiem for a Dream, dirigido por Darren Aronofsky. A Darren lo conocí gracias a Pi, gran película en blanco y negro que sería su ópera prima. Requiem for a dream la vería el 2001 y quedaría enamorada para siempre. Basada en el libro homónimo de uno de los últimos escritores malditos americanos Hubert Selby, el argumento nos mostraba de manera dura y cruel la muerte de los sueños, la autodestrucción y la desesperanza de 4 personajes.

Protagonizada por Jared Leto y Jennifer Conelly, Requiem for a dream se convertiría en una de esas películas a las que recurrir en momentos de melancolía. Su banda sonora, I-NOL-VI-DA-BLE es en parte responsable de los intensos sentimientos que el filme deja. Lux Aeterna (luz eterna) sería usado para muchos trailers, para spots, para soundtracks de videojuegos. Sin embargo, siempre lo recordaremos por la maldita heroína, por una magnífica Ellen Byrsten obsesionada con un concurso televisivo y con las dietas, por Jennifer Conelly sucumbiendo a lo más bajo de sus instintos, por Jared Leto corriendo a través de ese puente imaginario, desoladora imagen, triste imagen.



Lux Aeterna también se reeditaría usando la parte de la orquesta, con coros espectaculares para el trailer que todos esperábamos. El Señor de los Anillos: Las Dos torres. Y el tema pasaría a llamarse Requiem for the tower. Unos arreglos más acordes al apoteósico enfrentamiento que Peter Jackson tenía que poner en pantalla en la adaptación de la famosa trilogía.


Y finalmente, este tema se inscribe como parte de un gran spot. Un spot que para los que amamos el fútbol, está como hecho a pedido. Los gauchos que son pendejos para hacer comerciales, crean este concepto para apoyar a la selección argentina en el Mundial Sudáfrica 2010. Y aunque no seás fan de la celeste y blanca, aunque lo único que te guste del equipo argentino sea Messi, Lío, el Messi de todos, luego de verlo, te dan ganas de comprarte la bandera y plantarla en el jardín de tu casa...En este caso, se reinvindica un sueño. El sueño de que Argentina gane el mundial.



Lo importante en todo caso, más allá de Aronofsky, de Hubert Selby, de Peter Jackson, o el Señor de los Anillos, más allá del Mundial 2010, de Messi, de Maradona, más allá de todo eso, es que Clint Mansell compuso un tema como Lux Aeterna, que forma parte de una de las mejores bandas sonoras de los últimos 20 años. Sueños de por medio, escúchenla.

"Después de cada noche estamos más vacíos" (Ciorán)

domingo, junio 06, 2010

Los perros ciegos del sol
Por: Mónica Heinrich V.
sobre La carretera (2007)

Al despertar en el bosque en medio del frío, y la oscuridad nocturnos había alargado la mano para tocar al niño que dormía a su lado. Noches más tenebrosas que las tinieblas y cada uno de los días más gris que el día anterior. Como el primer síntoma de un glaucoma frío empañando el mundo. (La carretera)

Cormac McCarthy pertenece a esa rara estirpe de escritores que huyen de los reflectores, de la fama, del mundanal ruido.

Al igual que Salinger (de quien hablaré cuando cesen los homenajes) y Thomas Pynchon, Cormac se caracteriza por vivir alejado del ojo público, celoso de su privacidad y según sus propias palabras, sin importarle que lean o no lean sus libros.

Y es que este escritor ha sabido construir un imaginario por el que cualquier lector se sentirá seducido. Una prosa que a veces se olvida de la puntuación convencional, donde priman los párrafos pequeños para describir situaciones. Muy poco ornamentada. Sencilla, simple, pero certera.

Aunque relate un glorioso y soleado día, su estilo hace que el corazón se te encoja en el pecho. Derrama melancolía, como expresé en mi opinión sobre la versión cinematográfica de No es país para viejos (basada en un libro suyo).

Hay una resignación, algo que te hace pensar que quien escribe no es un joven, un veinteañero o treinteañero que experimenta el lado salvaje de la vida. No. Lo que Cormac escribe tiene que ver con la desolación, el desencanto de un alma adulta.

La Carretera (The Road) te envuelve en una oscuridad de la que es difícil deshacerse. Sitúa la acción en un ambiente apocalíptico. Algo (nunca se llega a saber qué) hizo que la tierra cambiara, que el fuego consumiera campos o ciudades, dejando ceniza y frío; que la ¨civilización" que hoy conocemos sea un vago recuerdo, casi un sueño del que ahora es complicado discernir qué fue real. En este mundo post-desastre, los hombres comen hombres. No hay animales ni comida. Todo está devastado, barrido por una fuerza superior que hace imposible creer en Dios.

¿Se imaginan? ¿La bestia humana suelta, sin ataduras, en una situación precaria, con el único objetivo de sobrevivir?

Nuestros protagonistas son un hombre y un niño, padre e hijo. Nunca tendrán un nombre. La tragedia no permite individualizar. Cormac se referirá a ellos como el hombre y el chico. Ambos deambulan famélicos por la carretera, intentando llegar a la costa, al mar, con un disfraz de esperanza que nunca se consigue concretar.

Mientras la lectura avanza, te consume el latigazo emocional de la Nada. Padre e hijo caminan, viven, respiran, pero sin una razón, rodeados de cadáveres, asesinos y caníbales, el sinsentido da paso a pequeños vestigios de ¿esperanza? ¿alegría? No sé, siento que en este relato no hay espacio para ramalazos de felicidad. Encontrar comida cuando estás desfalleciendo de hambre, podría ser una luz, pero en este caso sólo alarga la tortura, el no saber. Alarga esa carretera que parece interminable llena de atemorizantes y desconocidos peligros.

Salió a la luz gris y se quedó allí de pie y fugazmente vio la verdad absoluta del mundo. El frío y despiadado girar de la tierra intestada. Oscuridad implacable. Los perros ciegos del sol en su carrera. El aplastante vacío negro del universo. Y en alguna parte dos animales perseguidos temblando como zorros escondidos en su madriguera. Tiempo prestado y mundo prestado y ojos prestados con que llorarlo.

Hay escenas que te dejan con el alma rota, quebrada por un momento, mirando el papel como si fuera un martillo. En medio de ese caos, de ese mundo sin Dios, el hombre y el chico conservan un amor puro, filial, que contrasta de manera marcada con lo grotesco y lo inhumano que los rodea.

Son 210 páginas en que acompañás a ambos personajes, sufrís el hambre, el miedo, el dolor, el vacío, el cansancio. El final llega, para algunos, sin fuerza, como el final de un mal chiste. Hay quienes lo rotulan de happy end, de cursi, de fake. Para mí, lo contrario. Un final abierto, tétrico en su continua incertidumbre, que nos vende la idea que puede ser que la cosa mejore, pero ¿cómo estar seguros? ¿puede mejorar? Creo que no. El final es como empezar el libro de nuevo. Un círculo donde de haber continuación, seguramente tocaría la misma melodía.

Otro detalle que se le ha criticado es que el tema ya ha sido usado por n escritores de ciencia ficción, que se ha visto en n películas, no digo que no, es verdad, el tema del ser humano sobreviviendo en un mundo hostil ha sido tocado muchas veces. Pero si usáramos ese argumento, podríamos decir lo mismo de las historias de amor, de envidia, de guerras, en el fondo todas son lo mismo, lo que las hace diferente es la manera en que las cuentan (escritores) o las filman (directores).

No importa si Cormac ahora sea tildado de escritor de masas, me parece que su reputación de uno de los escritores americanos contemporáneos más relevantes es correcta. Tiene su estilo, su "voz", y es tan personal que podría contar la historia más cliché del mundo y aún así hacerla especial.

En este libro consigue sacudirte. Te conmueve la sacrificada marcha de padre e hijo, la constante referencia al fuego que llevan dentro, como si en el fondo todavía creyeran que en ese mundo que ya no es mundo, existieran aún la bondad, el amor.

Vamos, dijo el hombre. Todo irá bien. Te lo prometo.
Pero al inclinarse para mirar la cara del chico bajo la capucha de la manta mucho se temió que algo había desaparecido para siempre, irremediablemente.


Cormac es un gran escritor. Cuando terminé de leer La Carretera, me quedé perpleja y absurdamente triste.

Luego abracé al libro. Hacía mucho tiempo que no abrazaba un libro.

LO MEJOR: Conmueve
LO PEOR: Conmueve demasiado
LO MAS FALSETE:
LA ESCENA: cuando el chico ve al otro niño, cuando vieron al perro, el viejo de la carretera y cuando el niño le pide a su padre que lo lleve con él.
EL MENSAJE MANIFIESTO: El fuego sobrevive a la barbarie
EL MENSAJE LATENTE: Pero la barbarie reinará
EL CONSEJO: read it
LA PREGUNTA: ¿qué tal estará la película?

CURIOSIDADES

- El libro ganó el Pulitzer en el 2007.
- Cormac concedió (milagrosamente) una entrevista a Oprah que hasta hace un par de días se podía ver en youtube, desgraciadamente el copyright dejará con las ganas a los que deseen verla.
- A Cormac no le gusta explicar cómo escribe sus libros o de cómo nacen las ideas, ya que dice que todo lo que está escrito es lo que es. No hay nada que agregar. Sin embargo, en la entrevista concedida a Oprah comentó que la relación que tiene con su hijo sirvió como referente para el profundo amor que el hombre y el chico se profesan.
- Entre sus trabajos más destacados se encuentran 'Todos los hermosos caballos', primero de una trilogía y galardonado con el premio literario más importante de EEUU, el The National Book, al que siguieron 'En la frontera' y 'Ciudades en la llanura'.
- Dice que no le gusta juntarse con escritores y que prefiere a los físicos.
- A finales del año pasado se estrenó la versión cinematográfica protagonizada por Viggo Mortensen (MI Vigo) y Charlize Therón. El director es un australiano que supuestamente tiene una muy aceptable ópera prima. Parece ser que Londra Films presentará la película en estas semanas. La espero con ansias y preocupación.

Desde mi cielo
(Alice Sebold, 2002)


Y bueno, estaba más emocionada que perro en camioneta cuando me bajé de internet este libro (yes, mátenme amantes del copyright) Todo porque Peter Jackson se basó en este libro para su último filme Lovely the bones, y yo pensaba que si Peter lo eligió tendría que estar jodidamente bueno. Además, las reseñas regadas en internet lo avalaban y diversas revistas habían nombrado al bendito libro como uno de los mejores del año en que salió (2002). Ya ven hacia dónde me dirijo? Sí. Resulta que la primera mitad del libro está muy bien escrita.

Cuando empecé pensaba que estaba ante una gran obra. La idea de contar la historia del asesinato y violación de Susie Salmon y cómo el trágico hecho afectó a su familia y entorno, contarlo desde la perspectiva de la misma Susie, en primera persona, me pareció interesante. Me creí todo, Susie adolescente empezando a relatar la historia desde una especie de limbo, donde impotente seguía el desarrollo de lo que pasaba en el mundo de los vivos.

Susie es una adolescente que es salvajemente violada, cuyo cuerpo desaparece mientras su asesino queda libre. La policía sin pistas ni pruebas para hacer nada, se ve sobrepasada por el caso, su familia es incapaz de superar el terrible hecho, y conforme va pasando el tiempo las heridas que deja su desaparición se vuelven más notorias. Su vecino, un hombre enfermo, pedófilo, se campea a vista y paciencia de todos buscando una nueva víctima. Susie nos cuenta todo.

Muy bonito. Hasta me arrancó una que otra lágrima (I know, ando más llorona que embarazada)... Y luego, después de envolvernos con esa mágica historia, después que le creés todo a Susie, a Alice, al pinche cielo, después se va al chancho con impulso. Pareciera que la autora no supo cerrar su historia, y luego de regalarnos etapas muy bien contadas, empieza a escribir parrafitos donde pasan meses o años. Muere Alice! Muere!! No podés. Ya lo de hmmm le voy a dar un nombre clave para que los que no lo han leído no lo huelan, lo de "Linda Blair" me pareció el colmo, tuve ganas de botar mi laptop por la ventana. Y siguió decayendo en las aguas oscuras de la falta de inspiración. No sé qué habrá hecho Peter Jackson, pero si yo fuera él, filmaba la película hasta la mitad y le quitaba todas las cosas estrafalarias que vienen después. En definitiva, un libro para leer hasta la mitad. Sí, han leído bien. Esa es mi recomendación. Gracias.
El Desbarrancadero
(Fernando Vallejo, 2001)

Ganadora del Premio Rómulo Gallegos 2003, esta obra se caracteriza por ser como un vómito, un escupitajo de su autor. A Vallejo se lo conoce por su gran gran libro La Virgen de los Sicarios, que incluso fue llevada al cine. Su estilo es irreverente, oscuro, soez, uno se imagina a Vallejo como alguien muy amargado, solitario, desconectado del resto. Generalmente, las obras de este escritor colombiano tienen un toque autobiográfico, y en El Desbarrancadero nos cuenta la experiencia que significó la muerte de su hermano Darío, aquejado de SIDA.

Ahí conoceremos a La loca (como llama despectivamente a su madre), el autor reflexionará de manera virulenta acerca del sinsentido de la vida, acerca de la gran mentira que es la iglesia, Dios y esgrimirá con rencor insultos contra el Papa Juan Pablo II. Nos contará cómo inició a su hermano en el mundo homosexual (él también es gay) y su gusto (de ambos) por los muchachos jóvenes. Pero detrás de esta ira contra todo y contra todos, veremos la agonía de dos hermanos. De Darío, al que se le escapa la vida irrevocablemente gracias a esa terrible enfermedad y de Vallejo, que impotente intenta de maneras descabelladas hacer más llevaderos los últimos momentos de su hermano.

En un párrafo, Vallejo escribirá:
...cuando me llamó Carlos por teléfono a México a informarme que le acababan de apurar la muerte a Darío porque se estaba asfixiando, porque ya no aguantaba más y rogaba que lo mataran. Y en ese instante, con el teléfono en la mano, me mori. Colombia es un país afortunado. Tiene un escritor único. Uno que escribe muerto.

Fuerte no? El libro es eso, un homenaje a Darío, a un hermano. Se siente más como una catarsis del autor que embargado por el dolor recorre su memoria, reviviendo a ese que muere de SIDA. Y de paso, salda viejas deudas reconstruyendo en el papel su vida familiar, su relación con Colombia, su ausencia de nexos con eso que alguna vez fue su lugar de origen. Lo que te deja El Desbarrancadero es como su nombre, que suena a muerte, una muerte con la que Vallejo convive y a la que le habla.

Escrita con ese estilo corrosivo que le ha valido al escritor colombiano seguidores y detractores, a ratos se torna repetitivo, y de tanto repetirse puede sonar a algo similiar a una catarrera, pero no. Las palabras elegidas son las justas para el relato. Terminada la lectura sólo podés pensar que Darío y Fernando están muertos.

La reina en el palacio de las corrientes de aire

(Stieg Larsson, 2009)


Decepcionante tercera parte de la famosa trilogía Millenium. Los que nos habíamos quedado con ganas de ver a Lisbeth Salander, por lo menos en ese plano quedamos satisfechos. El gran problema de la saga en general, es que aunque resulta adictiva la historia es poco coherente, y mientras más le avanzás más agua echa. En el libro anterior habíamos dejado a Lisbeth baleada y perseguida por la policía bajo sospecha de ser una agresiva asesina, mientras el bolas tristes de Mikael andaba queriendo ayudarla.

Esta tercera parte es lo mismo. Pero Lisbeth se la pasa todo el libro en el pinche hospital, Mikael sigue intentando ayudarla, su hermana se convierte en abogada de Lisbeth a pedido suyo, y paralelamente nos cuentan una historia bastante estúpida en la que Erika Berger es acosada. Mientras que el tomo 1 y 2 prácticamente me los devoré, esta entrega es aburridísima, hizo que lo leyera de a poco, mientras intercalaba con lecturas un poco más estimulantes. El personaje de Mikael se vuelve insoportable, y su papel de macho galán que se acuesta con todo lo que se mueve, me parece casi patético.

Lisbeth, a quien ya conocemos sus mañas y rarezas gracias al tomo 1 y 2, aparece bastante desdibujada, y ni siquiera ella consigue levantar una novela flojita. Dicen que la pareja de Larsson (el escritor que ya murió) tiene 200 páginas del 4to. libro. Ojalá y jamás vean la luz.

Sobre los rumores desatados en Suecia acerca de la autoría real de la saga, no sé qué tanto discuten. La trilogía es adictiva pero no está escrita con una maestría sin igual, de hecho a nivel de estilo es bastante pobre aunque compensa el trabajo periodístico del que hace gala. Una pena que el cierre de una historia que prometía finalice en picada.