Lo encantador de Po, el panda que protagoniza esta historia, es su perfil de antihéroe. Es gordo, fofo, algo bruto, cero ideología, y más torpe que Promociones Gloria al intentar explicar el temita de Olivia Pinheiro.
No es ese tipo de personaje irritante onda Mate de Cars, o Mr. Bean, Po es un panda al que dan ganas de abrazar y no soltar nunca, esa era la impresión que dejaba la primera parte estrenada en el 2008.
Ahora, el osito que se convirtió en guerrero dragón, y los cinco furiosos (Tigresa, Mono, Mantis, Víbora y Grulla) regresan a seguir dando batalla, a hacernos antojar fideos chinos y a responder algunas interrogantes que desde ese entonces no me permitían dormir, siendo la principal y más inquietante: ¿Cómo es posible que un oso panda sea hijo de una oca?
Jennifer Juh debuta con Kung Fu Panda 2 como directora de largos, su trabajo más conocido es la serie televisiva Spawn, esta transición de tv a pantalla gigante está aceptable, aunque no llega a alcanzar la vitalidad y frescura de la primera entrega.
Lord Shen (en inglés la voz de Gary Oldman, en español Sergio Gutiérrez) es un pavo real que pertenece a una larga dinastía que gobernó Gongmen. Al enterarse que su destino sería interrumpido por un guerrero negro y blanco, decide tomar medidas drásticas en pro de salvaguardar su trono. Eso trae consecuencias jodidas, tanto para su familia como para su reino.
Desaparece de escena durante unos años y regresa grandilocuentemente a apoderarse de todo (en estos dibujos, siempre hay alguien intentando apoderarse de todo) la cosa llega a oídos de Shifu, y llama a Po y a los cinco furiosos para que pongan en vereda a ese figureti.
Para qué les voy a mentir, se arma un zafarrancho de padre y señor mío. Secretos más intensos que los lanzados en la película danesa Celebración, son descubiertos de yapa. Momentos emotivos hacen que detrás de los lentes 3D, si estás in the mood, se te caigan un par de lágrimas.
Y así, hasta que llega el final, salís al frío y pensás en lo lindo que sería comprarte un Po de peluche. Gol marketinero.
Kung Fu Panda 2, es un filme de esos para sentirse bien, entretenido, digerible, nada wow que alcance la magia que nos atropelló con Wall-E (TE AMO WALL E), Toy Story 3 o UP, pero se puede pensar en ella sin resentimientos.
Lo curioso es que siendo mucho mejor apuesta que Cars 2, de los 150 millones invertidos, sólo se haya recuperado a paso de tortuga en silla de ruedas, poco más de100. Una pena.
Se viene la tercera.
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