martes, agosto 28, 2012


TODO TIEMPO PASADO FUE MEJOR
Por: Mónica Heinrich V.

Hay una dura realidad: Desde hace tiempo que el cine nacional ha gestado walkers (*) y estos walkers nos regalan trabajos que apuntan a la alegría perenne de la alfombra roja, al bochinche de la premier, a la atención mediática y a la palmadita en la espalda de amigos y conocidos.

Es así que mientras los títulos que apuntan a sobar egos personales y construir mitos de barro siguen saliendo uno detrás de otro como si se tratara de soplar y hacer botellas (diría compañero de butaca), es difícil resistirse a la tentación de ver el nombre de Jorge Sanjinés y no esperar algo bueno. Es difícil.

Y mucho tiene que ver el hecho de que en nuestra pequeña historia cinematográfica no hay de dónde colgarse si no es de los nombres de unos cuantos, y entre esos cuantos se encuentra el señor Jorge Sanjinés.

Habrá quien piense que dicha reputación es inmerecida, pero permítanme disentir.

El nombre de Sanjinés no es solo importante por su trabajo como cineasta, sino también como gestor cultural. Director del grupo UKAMAU, dicho grupo fundaría la primera escuela de cine del país, así como la primera institución de cine-debate: el Cine Club Boliviano.

El empeño y la paciencia que Sanjinés puso para impulsar el cine en el país, solo puede rescatarse.

Así como destaca su trabajo, espejo de una convulsa época. Entre los 60s y los 80s, sus películas se atrevieron a lo que no se atrevían las demás, por primera vez hablaban del indígena.

Ukamau (1966), se convirtió en la primera película boliviana hablada en aymara. El vanguardismo achacado a su compleja La Nación Clandestina (1989), la hizo leyenda no solo dentro del país sino fuera de él. Sus bellísimos y tristísimos planos en los que nos golpeaban la pobreza, la desigualdad social, la lucha que durante muchos años el sistema no reconoció como voz, se convirtieron en la marca de Sanjinés, en su reputación.

Eso sucedió en tiempos, como ya dije, convulsos e inciertos. Y como ya dije, la mayoría indígena de este país no solo era ignorada, sino en muchos casos era despreciada. Sería ingenuo y necio negar eso.

A través de su obra, Sanjinés le dio visibilidad al minero, al campesino, al obrero. “El cine con el pueblo” era una de sus máximas. Reconoció abiertamente hacer un cine político que buscaba participar en el proceso de la liberación del pueblo boliviano. O sea, nunca vendió gato por liebre. Desde siempre la postura política de Sanjinés ha sido bastante clara y definida.

Pasaron los 80s. En 1995 lanzaría Para recibir el canto de los pájaros, una tibia e irregular película, y el 2004 llegaría con la intrascendente Los Hijos del último jardín.

Se intuía un declive, se lo palpaba en el aire, algo que muchos no queríamos asumir del todo, porque sí, porque a veces las cosas no salen bien y punto. Porque un “resfalón” lo tiene cualquiera. Y porque Sanjinés, seguirá siendo el Sanjinés de referencia obligada, el Sanjinés histórico y uno de los papis del cine boliviano, gracias al legado que dejó hasta los 80s.

Este 2012, el mito regresa con bombos y platillos. Encima cuenta con un presupuesto del que ninguna otra película boliviana puede alardear.

Rodada en 8 semanas, INSURGENTES es llevada a la pantalla como un docu-ficción.

La propuesta elabora un repaso histórico hacia líderes indígenas que pelearon por la soberanía de sus pueblos en distintas épocas.

Conocemos o recordamos a Santos Marka T´ula, Eduardo Nina Quispe, Bartolina Sisa, Tupac Katari, entre otros. Los espacios temporales son caprichosamente mezclados sin que haya una razón para ello. El tono es revestido de un misticismo muy propio del cine de Sanjinés y claro, intenta hacer paralelismos o metáforas con los días que corren.

El problema de Insurgentes radica en que se puede ser militante, se puede rendir pleitesía a una causa, o convertir tu obra en un panfleto, pero si lo vas a hacer: que quede bonito. Que se vea bien. Que esté armado de una manera artística que justifique el que una persona que no es de tu militancia la vea, y capaz, hasta la disfrute. Aquí no sucede eso, la militancia otrora dirigida a una postura anti-sistémica o defensora de la clase obrera-trabajadora ante el Estado, ahora se encuentra no solo a merced del sistema sino en una franca propaganda del Estado, como si el único respaldo a la lucha indígena sea la actual presidencia de Evo Morales.

Que no se me malentienda. El tema no es político pero es político. Me parece que no es lo mismo indigenismo que evismo, pueden estar relacionados pero no es lo mismo. Como tampoco es lo mismo clases sociales que movimientos sociales. Y en este caso, muy a pesar de ser o no ser evista, la clara alusión a que los héroes indígenas de antes tienen su reflejo en el actual presidente es una interpretación que se puede hacer sin necesidad de poner al mismísimo Evo en pantalla. Las apariciones que tiene Evo en Insurgentes le hacen flaco favor a Sanjinés, a la peli, a quien la mira y a Evo mismo.

Entiendo, también, que no es fácil. No es fácil resumir la accidentada historia boliviana e intentar explicar con criterio y buen tino el proceso que hace que ahora las cosas estén como estén. También entiendo, comprendo y asumo que toda película tiene un mensaje ideológico o político o social, toda, pero como dije, el gran problema no está en que Sanjinés tome una postura ante la vida y lo haga de manera tan contundente, el problema está en la forma y la aproximación que hace de esta postura a través de su obra.

Manera que como ya dije más que beneficiar a su trabajo, lo degrada.

Aparte de lo ya expuesto, estamos ante una floja estructura sostenida únicamente por los interesantísimos personajes que Sanjinés rescata del olvido y por la magnificencia de algunas de sus escenas.

Puede ser que sea cierto que cada país tiene el cine que lo representa o el que cine que lo identifica, y puede ser que al ver esta película por lo menos quede claro algo: Un dolorosísimo proceso histórico, traumático en todas sus fases, desgraciado en todos su ámbitos, y una fractura entre grupos de poder o de subyugados, que hasta el día de hoy se arrastra sin pudor.

Una linda fotografía a cargo de Juan Pablo Urioste, así como una aceptable (aunque no notable) dirección de arte y vestuario, terminan de darnos razones para ver el filme.

La hermosa música de Cergio Prudencio se torna excesiva por momentos, momentos en los que el silencio se agradecería profundamente.

Las actuaciones en general no incomodan, aunque en las escenas que se requiere mayor parlamento es donde afloran las mismas deficiencias de casi el 90% de los audiovisuales en este país.

Con todo, Insurgentes resulta superior a Para recibir el canto de los pájaros y Los hijos del último jardín, sin embargo no alcanza ni por si acaso a la redondez mostrada en las obras cumbres de Sanjinés: Ukamau o La nación Clandestina.

Por sí sola y apartándonos de las gratuitas comparaciones, INSURGENTES nos saca un rato de ese cine que le rinde culto a la bobería, y al facilismo que reina en las últimas producciones nacionales. Intenta, desde y por su militancia, acercarnos a personajes de la historia boliviana que son en algunos casos desconocidos y en otros casos olvidados para el boliviano promedio.

Quizás lo que se le pueda rescatar es eso. Personajes como Eduardo Nina o Bartolina Sisa, o situaciones históricas como la revuelta contra Villaroel, el cerco a La Paz, la Guerra del Chaco, que dan ganas de conocer más o investigar a profundidad.

Lo triste es que a pesar del presupuesto, del nombre de su director, de las intenciones, y de no ser un tema boludo (puteríos de pueblo, borracheras u onanismos existenciales) INSURGENTES a nivel técnico no sorprende ni propone.

Es una gran producción, pero su fórmula se queda en los 80s con el gol en contra de que NO estamos en los 80s. Habla de temas importantes, pero al estar revestidos de un dejo propagandístico, dichos temas importantes quedan descoloridos.

El 2012, después de años de no filmar, regresa un Sanjinés que no pasa la prueba del tiempo.

El tiempo es así… no siempre es benigno.

*Walker.- “caminante”, palabra utilizada en la serie “The walking dead” para describir a un zombie que se arrastra y se alimenta de la gente infectándola con su enfermedad.

Lo mejor: Tiene algunas escenas realmente hermosas. Y claro, el acercamiento a figuras históricas desconocidas u olvidadas.

Lo peor: Que Sanjinés no pudo acoplarse a los tiempos que corren, tiempos en que hay una delgadísima línea que divide lo progre de antes y lo panfletario de hoy.
La escena: el cerco a La Paz, las secuencias de los ataques.
Lo más falsete: La presencia de Evo en pantalla, demasiado.
El mensaje manifiesto: Bolivia es rica en historia
El mensaje latente: Qué jodido el proceso histórico de Bolivia
El consejo: Vela, es importante verla...apartándose de cualquier sesgo político o estético. 

El personaje entrañable: Eduardo Nina, qué buen personaje! Me quedé con ganas de saber mucho más de él. Un tipo interesantísimo.

El personaje emputante: En un momento dado salió a la calle una mujer que gritaba, traumatizada por los terribles sucesos vividos durante los enfrentamientos. A ella, deseaba que le llegue una bala de cañón.

El agradecimiento: Que si le quitamos el halo místico hacia el jefe de Estado, la historia base es muy interesante y necesaria. 


CURIOSIDADES

Se filmó con la RED ONE

Dura 83 minutos

Es escrita y dirigida por Sanjinés

Tuvo un proceso de documentación de alrededor de 8 meses y la pre-producción 6 meses

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Como siempre precisa e impecable. Lo más me gusta de tu crítica es que se diferencia de los vómitos fascistas que han agarrado esta mala película de Sanjinés como caballo de batalla.
Me considero un hombre de izquierda y un gran admirador de Sanjinés, pero con Insurgentes me remito a sus primeras películas. Lo del Evo también me pareció demasiado.
Un abrazo.

Aullidos de la calle dijo...

Querido anónimo, gracias por las flores!!! Y sí, pienso que siendo de izquierda, evista, admirador de Sanjinés y todo, hay cosas que igual hacen ruido dentro de este trabajo.
Ojalá que Sanjinés nos de en el futuro otra obra a la altura del mito.
Besos!

Anónimo dijo...

Como siempre Monica. Tu analisis excelente y tus comentarios acertados y divertidos. Mucho me gustaría llegar a ver la pelicula. Te confieso que "Recibir el canto de los pajaros" me gustó mucho. De acuerdo eso si en que poner a Evo en pantalla suena algo asi como exagerado en pleitesía. Mordazmente surge la pregunta sobre el origen del generoso presupuesto.
Con todo Sanjines es y será un hito del cine boliviano.
saludos de
Pablo de Alemania

Chueks dijo...

Hola!!

Debo confesar que nunca he visto ninguna película de Sanjinés, pero voy a tratar de enmendar el error y conseguirme "La Nación Clandestina" XD!

Gracias por hacerme interesar mas en el cine de mi país, que francamente se me ha despintado muuuucho en estos ultimos tiempos, principalmente porque me parece que todos quieren rendir pleitesía a don Evo (mas que mal cualquier propaganda siempre le viene bien al gobierno y me imagino que deben de dar generosos aportes a dichas producciones).
Dejando de lado el tufo politiquillo, no se si viste la última de Wes Anderson? aquí recién hubo un festival de cine, el SANFIC y la pasaron como una de las principales atracciones. Antes que nada, te gusta su cine? Me parece que es de sus mejores películas de toda su filmografía (a mi me encanta su estilo). "Moonrise Kingdom", ojalá llegue pronto a nuestros queridos torrents.

Besos!!!

Aullidos de la calle dijo...

pablo!
Pues a mí me aburrió Para recibir el canto de los pájaros, encima estaba pésimamente actuada.
Sobre el presupuesto, dicen (no me consta) que la peli tuvo 1 millón de dólares de apoyo estatal, pero como digo es un “dicen”, no he podido encontrar reconfirmación de ese dato.
Y claro, Sanjinés a pesar de todo lo que haga bien o mal ahora, ya es un hito y un referente. Se le guarda respeto y cariño :p
Besos!

CHUEKS
La nación clandestina está en youtube!! la podés ver por partes. A mí me parece que estaba bonita, igual Ukamau, lindísima...
Hay que ver cine boliviano, vos vivís en chile creo? te diría que ojalá llegue algo allá pero la calidad es tan mala que casi ninguna pasa las exigencias del festival más miserable jejeje...igual yo las miro casi todas...siempre me arrepiento y puteo en todos los idiomas pero las sigo viendo...
No he visto Moonrise Kingdom, pero me gusta bastante wes anderson, ahorita la pongo en el torrent para verla, gracias por hacerme recuerdo jejeje

besos!!

Anónimo dijo...

If you have a Jewel crafting or a jewel crafter friend. Jundee
brought up US$400 million of gold property alone, while
Bronzewing, at this time owned by Navigator Strategies Ltd.

Also onsite is a physics lab, which is in The underground psychic lab is in use today, by the
University of Minnesota.

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