Freaks es una de esas películas que casi siempre encontrás en las famosas listitas de “20, 30, 50, 80, 100 películas que tenés que ver antes de morir”.
Abrazando esa idea apocalíptica, y con la esperanza de no entrar al cajón sin la tarea cumplida (grítenme ñoña) es que en 1999 me conseguí este pequeño gran filme.
Una tarde gris como los días que preceden a las guerras, fue la oportunidad perfecta para verla por primera vez.
Digo por primera vez porque siempre hay películas a las que se vuelve tarde o temprano, yo he vuelto a ésta, he vuelto a Benji, a los Los tomates asesinos, a Un muchacho como todos, y muchas más, sin que prime calidad, director, ni envergadura intelectual (que parece estar tan de moda), sino más bien por ser una película que llega. Concepto prosaico, pero sincero.
Quizás la primera impresión que te deja Freaks, es tal cual el título: una sensación FREAK. De nada sirve la detallada información que se puede obtener del filme como joyita de contracultura o como elemento sobreviviente a la censura. Mientras salen los breves créditos, el trabajo de Tod Browning ya te voló el cerebro y te dejó pensando en TODO. “Todo” puede involucrar desde el planteo fílmico, pasar por las “actuaciones”, el argumento, el subtexto, llegar hasta pajeos sobre la vida, el ser humano, los conceptos de fealdad, belleza, tus propias historias de discriminación positiva o inconsciente, etc.…
Filmada en 1932, en un estricto blanco y negro, saliendo al aire dentro de la primera década del cine sonoro, Freaks basaba su argumento en un cuento intitulado Spurs. Y era Tod Browning, un prolífico director, el que se obsesionaba con este “atípico” proyecto.
Cuenta la leyenda que nuestro amigo Browning tendía a lo raro y lo escabrosito, pero es en su historia personal que podemos ver a la mente detrás de Freaks. Amante de los circos, a sus 16 se casa con la bailarina de uno de ellos, y se marcha de su casa a recorrer el país trabajando como payaso, cadáver viviente, mago y otros.
Se introduce en el mundo del cine de a poco, siendo actor del gran D W Griffith, hasta que tiene un accidente de auto que le deja destrozada la pierna y decide detenerse para dedicarse a ser guionista.
Hasta aquí, ¿no parece una historia de película? Browning, entonces, debuta como director y es conocido por Drácula, siendo el responsable de llevar a la fama al gran Bela Lugosi (suspiro) con quien ya había trabajado antes.
En 1932, de la mano de MGM llega la película que lo llevaría al ocaso de su carrera.
¿La trama? Contextualizada en el ambiente que vio convertirse a Browning en adulto, Freaks se sitúa en un circo. En dicho circo hay atracciones, estas atracciones son los denominados “freaks” o la traducción: Fenómenos. Seres que tienen deformidades o malformaciones como quieran llamarlo, y que son objeto de burla, entretenimiento o temor.
Ajena a esa unida troupe de Freaks, está Cleopatra, una hermosa trapecista que tiene un amorío con Hércules, el forzudo galán del circo. Eso no sería nada, porque Así es el amor, dirían Chino y Nacho, el problema surge cuando esa desgraciada arribista ve en Hans (el enano del circo) a alguien que le puede servir de banco personal. En otras palabras: lo seduce para hacer uso de su dinero.
MALDITA. Así se lo escupen a Cleopatra en una parte de la película. “Sucios, asquerosos…monstruos”, grita ella, transfigurada cuando la vitorean para ser “una de nosotros”.
Freaks se transforma en la historia de un triángulo amoroso, regido por la crueldad y la venganza más supurante.
Porque recordemos lo que sabemos al principio, sabemos que los freaks tienen un código inalterable, y es que para protegerse si alguien ofende a uno de ellos, los ofende a todos. Una versión grotesca y extrema del dicho propagado por Dumas en Los Tres Mosqueteros: Uno para todos, y todos para uno.
Filmada en 36 días, estuvo solamente dos semanas en cartelera, luego de críticas devastadoras y reclamos de espectadores que veían el filme demasiado obsceno, (incluso hubo quien acusó al director de provocar un aborto con el filme) Freaks pasó a un circuito cerrado de exhibición.
Aunque significó la ruina de la carrera de Browning, este filme supone su mejor legado. Un filme irreverente para su época, que echa una mirada cruel, tierna, humana, e inhumana a sus personajes, que despertó profundas pasiones y que sobre todo, demuestra una vez más que la censura no consigue acallar del todo lo que tiene una voz suficientemente fuerte.
Inspiradora para gente como Diane Arbus, Tim Burton, Enrique Bunbury, Los Ramones, Lynch, Jodorowsky hasta Los Simpsons, entre muchos otros, Freaks fue protagonizada por actores cuyas “deformidades” eran reales, no se usó efectos especiales, y el casting abarcó todo el territorio americano para finalmente encontrar a los entrañables Pinheads, a las hermosas siamesas, al guapo joven que no tenía piernas ni caderas, y todo el collage que desfila en el filme, arrancando una que otra lágrima, y despertando emociones encontradas.
Titulado en español como La Parada de los Monstruos, el trabajo de Tod Browning es precursor a su época porque en un mundo bipolar acostumbrado a víctimas y villanos, a abusados y abusadores, una película de 1932 mostraba que tanto la fealdad, la mezquindad y la maldad pueden habitar hasta en los más puros corazones.
Y este pequeño haz de luz es echado sobre nosotros de igual manera con una cruel poesía, digna de cualquier filme de culto. Su escena final recoge esa pureza que hemos perdido de vista en medio de tanta cochina venganza y con eso nos quedamos.
Nunca sabremos si Tod Browning tenía ese final como meta, pero aunque no lo sepamos, nos basta.
Freaks, definitivamente, una de las películas que hay que ver antes de morir.
Lo mejor: diferente
Lo peor: no poder disfrutar del Director´s Cut
La escena: el banquete de bodas y el final
Lo más falsete: …
El mensaje manifiesto: Las víctimas pueden ser verdugos
El mensaje latente: Los verdugos pueden ser víctimas
El consejo: Vela. Vela
La pregunta: ¿Cómo sería el primer corte?
Podés verla en: Centro Cultural Santa Cruz, este sábado a las 20:00. Ingreso Gratuito.
CURIOSIDADES
- El equipo eléctrico en set era tan lamentable, que durante la filmación varios de los miembros del equipo sufrieron pequeñas descargas.
- El final original del filme era una escena donde Hércules cantaba como soprano siendo parte del nuevo show, porque los “freaks” lo habían castrado. La escena recibió tanto rechazo en audiencias previas al estreno, que fue eliminada.
- El hombre sin piernas ni brazos, estuvo casado y procreó cinco hijos, antes de morir de causas naturales tres años después de estrenada la película
- En Gran Bretaña, el filme fue censurado durante 30 años.
- El romance entre los enanos Hans y Frieda, fue llevado a la pantalla gigante de manera muy sutil, ya que en la vida real ambos eran hermanos.
- La mujer barbuda, denunció al filme y se arrepintió de haber sido parte de él.
- Un miembro del departamento de escritura de MGM que estaba en la producción, nunca se sintió cómodo con los actores, así que evitaba su compañía a la hora de las comidas, y prefería comer solo. Otro grupo emitió una queja formal contra los actores, para que no usaran el mismo comedor. Al final se hizo otro comedor.
- El productor ejecutivo le dio la orden a Willis Goldbeck la tarea de escribir un primer borrador del guión, la única guía que le dio fue que tenía que ser horrible.
- Los actores comenzaron a comportarse de forma muy competitiva entre ellos y a adoptar actitudes de divos, cosa que hizo que algunas personas de producción hicieran comentarios punzantes sobre lo “freak” que era todo.
4 comentarios:
Una noticia: cine.bolivia.com/noticias.asp?id=421
WTF. Otro blog que muere sin despedida??
Un libro de Iniciación Cinematográfica de Amalia de Gallardo, descargarlo de: http://sites.google.com/site/archivobolivia/Iniciacion_cinematografica.pdf
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