Para empezar, el tipo (Ron Howard) contó la historia casi calcada del libro, lo que no sería fuente de críticas si hubiese respetado el libro, pero respetando también los parámetros argumentales en los que el cine debe moverse. Con esto quiero decir que no es lo mismo describir y descubrir los misterios en un libro donde la imaginación del espectador hace de pantalla cinematográfica y le proporciona solaz. No. En el cine la imagen ya está nítida frente al espectador, por lo que se hacen necesarios (sobre todo en este tipo de films) elementos que impulsen al que está desparramado en la butaca a que pueda imaginarse, intuir, dudar, preguntarse, sorprenderse…de lo que sucede en la pantalla.
En este caso Howard no se guarda nada, ya de por sí el libro abunda en referencias históricas y teóricas sobre un montón de elementos que gracias a la cansina y aletargada dirección de este individuo pasa todo desapercibido, sin mucha gracia y despertando muy poc interés. A tal punto, que dan ganas de intercambiar correspondencia de tintes amenazadores con el manager de este infortunado y poco iluminado director de cine. Tal como lo esperaba, Tom Hanks aparece con sus cachetes blancones y flácidos, sus ojitos del alcancía y su boquita de punto con muy poco aplomo, ah…y encima, el “feeling” que tiene que existir entre él y la Amélie es nulo, naranjas…nanays cucas (dirían los colombianos).
Sobre los detalles del libro que no llegaron a la pantalla grande…(imagínenme de rodillas y con los brazos levantados hacia el cielo) gracias Dios por habernos ahorrado una hora, mínimo, de este suicidio neuronal en cadena. Pa´qué, hubiese sido el colmo.
Luego de tan desastrosa experiencia, y no contenta con tanta saturación de Dan Brown, cayó en mis manos Ángeles y Demonios, el otro libro de este escritor que tiene como protagonista, de nuevo, al mamerto de Langdon. Y no mentiré, lo leí completito…es así que descubrí lo que el título de esta nota dice.
Primero les contaré que se trata de la “precuela” del Código, o sea, Langdon sufre esta aventura antes de toparse con nuestra querida Sophie. Otra cosa, tiene exactamente los mismos elementos. Langdon ocupado de su rutina recibe el llamado de un misterioso individuo que lo consulta por sus dotes profesionales. Ahí veremos a Langdon volar hacia Suiza (claustrofobia de por medio) para ver un cadáver (del que la policía no sabe) y emitir su opinión. Todo porque él es experto en el tema de los Illuminatis, como no podría ser de otra manera, el cadáver tiene marcado la palabra Illuminati en el pecho. Cuando llega al lugar en cuestión, al mismo tiempo acude la hija adoptiva del muertito, que resulta ser una científica de alta envergadura cuyo cerebro sólo se equipara en atractivo físico y que deja a nuestro intrépido Langdon embobado.
El “marcao” es asesinado para robarle la bendita antimateria que resulta ser más peligrosa que la nitroglicerina, y colocan la cosa esa en un vericueto del Vaticano…ajá, quieren volar en pedazos la “casa” de Dios, previo asesinato del Papa. Además, SI, hay más, secuestran a los cuatro cardenales que son los favoritos para la sucesión e inician una cuenta regresiva en la que los irán matando uno a uno. Obviamente, que el “despierto” genio de Langdon y de la italiana serán los que salven al mundo cristiano del caos.
Para variar, el tema puede resultar interesante, sobre todo por lo de los Illuminatis…pero la historia está pegada con moco y para la mitad, se nos va descalabrando cada vez más. Dicen que ya se compraron los derechos de este libro para hacerla película, lo que me parece bien, le veo más posibilidades de entretenimiento si es que consiguen un director que pueda pulir un poco el argumento.
En fin, queda claro una cosa…Dan Brown seguirá utilizando el tema de la religión y tópicos aledaños para darse de comer a él y sus descendientes, pero en realidad parece que se trata más de una glorificación a sí mismo en el personaje de Robert Langdon (que no me cabe la menor duda que debe parecerse mucho a él) y a sus fantasías de cama. Sobre las teorías, hechos históricos y detalles sobre el arte que menciona en sus escritos, se le agradece…más de uno habrá terminado de leer alguno de estos dos libros y se habrá informado sobre la veracidad de los hechos. De todas formas, la gente se toma muy en serio algo que desde todo punto de vista es una ficción con pobres dotes literarias, pero apta para el consumo masivo.
___________
Hasta aquí la versión publicada en Aullidos de la calle, la edición impresa. Resulta que hay una actualización. Pues es bien sabido que más rápido cae un hablador que un cojo, y heme aquí que volví a pecar...La culpa la tuvo Fred Núñez, que pensó que el detalle más romántico del año era regalarme La Conspiración de Dan Brown. La verdad que yo debí tomar otra "actitud" ante el presente, pero en lugar de eso...me quedé calladita y al día siguiente ya lo había leído. Quiero decir que de los tres libros que he leído de este señor, este es por mucho el PEOR. El tema pasa por la ciencia, OTRA VEZ un hallazgo, que cambiaría la historia de la humanidad...OTRA VEZ muertitos de por medio, OTRA VEZ un antihéroe ñoño y abombado, OTRA VEZ la superioridad de la estupidez por encima de matones profesionales. En fin, es tan malo que no vale la pena reseñarlo. Debo reconocer que empieza de una forma atrapante, pero se complica solito y termina de la manera más ridícula. No lo compren, a menos que estén pasando frío y necesiten echarle papel a su chimenea...o se quedaron sin portavasos o apoya libros.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario