lunes, octubre 22, 2007

NADIE

Por: José Helisélder Hernández (Proyecto Sherezade)

En la ciudad de NINGUNA -así se llama el lugar- una vez bautizaron a un niño con el nombre de NADIE...

No se pudo llegar a ningún acuerdo entre los partidarios de celebrar el bautizo con semejante nombre porque, mientras a unos les parecía un insuperable golpe de ingenio en la búsqueda de nombres para recién nacidos, a otros les parecía que tal bautismo no era menos grave que una extremaunción. Y se perdían con los otros en las cavilaciones maravillosas sobre lo que pudiera suceder.

-NADIE se llama NADIE... ¿no es cierto?

-Sí, es cierto.

-Entonces es verdad que NADIE se llama NADIE...

-Así sea.

Los filósofos del pueblo, que eran todos cuando se ponían a filosofar, se preguntaron más hondo: Tal vez fuera el único nombre por su propio sentido capaz de introducir a un hombre en la Historia: Sería el hombre que se negara a sí mismo. Qué cosa podría pasar cuando todos lo conocieran y por tanto negándole el nombre le afirmaran... qué otra cosa... Y qué otra.
-¿El destino de NADIE? -se preguntaba uno para responderse inmediatamente:- ¿Por qué no ha de ser como el nuestro, igualmente absurdo y, por lo mismo, verdadero? Los textos dicen que, a pesar de todo, los Ningunos entendían como importante el concepto de los padres del futuro bautizado; que doña NOSESABE QUIEN, la mamá, tenía derecho a decidir finalmente sobre el nombre del muchacho. Pero que ella se había limitado a decir que no le importaba que él fuera y se llamara NADIE, que lo entendía solamente como su hijo.

Los que estuvieron presentes meditaron lo de las palabras y dedujeron que NADIE para eterna memoria se llamaría NADIE.

Para ir adelantándose a los comentarios, Doña Nosesabe había dicho también que no sabía con seguridad cuál pudiera ser el apellido de su hijo.

NOSESUPO QUIENERA, verdadero padre de NADIE, lo sabía. Pero se mantuvo en lo suyo y no quiso venir a lo del bautizo de su hijo porque no quería acordarse de Nosesabe y mucho menos enterarse de ninguna ceremonia bautismal. Así que, cuando se hizo la pregunta sobre el papá del muchachito, aunque Nosesabe confesó al fin que Nosesupo Quienera era el nombre del padre, el sacerdote ordenó a su ayudante dejar en blanco la casilla en donde se tenía que escribir el dato.

El registro notarial fue breve, aunque hubo algún inconveniente cuando el funcionario encargado de tomar la información sintió de pronto que debía poner cuidado a lo que estaba haciendo en su trabajo:

-¿Ciudad de nacimiento?
-NINGUNA.
-¿Nombre?
-NADIE.
-¿Apellido?
-NINGUNO.

Lo del nombre lo sabía el funcionario, lo de la ciudad ya ni siquiera se pensaba, pero se negaba a escribir "Ninguno":
-¡Eso no es apellido!
-Sí es. Si no se tiene, entonces se tiene: NINGUNO.

A los Ningunos, lo mismo que a Nosesupo y Nosesabe, de todos modos los acusa la historia de haber decidido la existencia de un hombre que tuvo que vivir a contrapelo de los demás, y todo por darle el nombre de NADIE: Así por ejemplo, cuando todos andaban en desacuerdo, nunca faltaba el que aseguraba que "Nadie estaba de acuerdo" y entonces todos se le venían encima señalándole y acusándole de insolidaridad...

Pero NADIE, sin embargo, estaba capacitado para hacer lo que ninguno de los demás podía, para creer lo que "nadie creía" y todo lo demás imposible que los otros le achacaban...

Desde el primer día de escuela hasta el último de la Universidad, NADIE estudiaba mientras los otros estudiantes se dedicaban a otra cosa. Y, de vez en cuando, cuando NADIE hacía nada, todos se llenaban de admiración porque, según decían, era el único capaz de fabricar una cosa tan imposible de hacer. No obstante, en su beneficio trabajaba la actitud que NADIE asumía frente a las circunstancias en las que era necesario definir una posición, como en los paros y huelgas: Siendo el único que entonces estaba estudiando, se ganó los buenos pensamientos de los profesores y las directivas. Es lo que explica que decidieran poner en el Perfil Académico todas las cualidades que Nadie tenía. Para que sirviera de ideal inspirador de los graduandos, seguramente...

-Nadie estudia en este colegio. Nadie cumple con el deber.
-Es un honor tener un estudiante así.
-Nadie es capaz.
-Nadie tiene las cualidades que estamos deseando para el Perfil Académico-Profesional de los egresados.
-Anótense, pues.

Para supervivir en su vida posterior, en el ejército había aprendido a obedecer con los demás, a pesar de que los sargentos solían pasar, no siendo cierto, el parte de que "Nadie se había atrevido a desobedecerles". Le iba mal por ello, y sobre todo cuando los superiores estaban convencidos de que Nadie era capaz de hacer lo que ellos aseguraban haber hecho.

Era toda una tragedia tener la culpa cuando todos los otros eran declarados inocentes, pero la educación que recibió a pesar de tantos problemas le enseñó, como dice el texto de su historia, que no se puede vivir en contraposición de las órdenes que obedece la especie. Por eso, y a partir de entonces, no hacía falta sino que cualquiera afirmara alguna imposibilidad en la que se mencionara su nombre para sentirse obligado a convertirla en realidad. Era que comprendía que ese era el destino especial que le había señalado su nombre...

Fue de este modo como NADIE aceptó su lugar en la historia y quedó señalado como el hombre más especial que pudiera ser recordado por la posteridad de ciudad NINGUNA, aunque debe reconocerse con tristeza que aún no se han podido encontrar más datos de su vida llena de tristes y felices acontecimientos. La intensa búsqueda en los archivos solo ha dado como fruto hasta ahora el encuentro de un viejo manuscrito casi ilegible que cuenta de la manera sencilla "de qué modo Nadie murió en la guerra que los Ningunos sostuvieron con los OTROS, feroces habitantes de OTRA"*:

"Nadie murió en la guerra por culpa de la natural estupidez de un Sargento, quien, en medio de un combate, ordenó que Nadie sacara la cabeza por encima de la trinchera".

* OTRA era la ciudad vecina, que solamente podía contemplarse desde la parte mas alta de ciudad NINGUNA en donde los sucesos ocurrieron.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Està bueno el cuento, sobre todo la forma medio absurda en como muere, leyèndolo me acordè del cuento de Homero Carvalho:"la mujer que lloraba làgrimas de oro", creen que tenga algo de relaciòn?, buej, no sè , pero sigan escribiendo...

Aullidos de la calle dijo...

Dumb! Te cuento que el cuento (mirá qué bonita quedó esa línea :p) es de un colombiano, así que no creo que tenga nada que ver con Homero. El cuento lo escribió en 1999 y es parte de una web llamada Proyecto Sherezade, que aglutina a cuentos de cualquier país, generalmente de autores desconocidos.
Muy interesante...http://home.cc.umanitoba.ca/~fernand4/
Ahí el link!...

Anónimo dijo...

sí, me expresé mal, no quise decir que se relacionaban de esa forma, sino que los dos contaban algo en el que el protagonista no puede hacer nada por su situación ya que es algo que ellos no decidieron, como llorra lágrimas de oro o llamarse nadie, pero lo importante es que es muy bueno el cuento y seguiré buscándo más, gracias.