Me encanta Alexander Payne. Me gusta desde su película Citizen Ruth, donde una yonqui y perfecta Laura Dern quería abortar. Sí. Nada como el humor negro para alegrar la vida.
También me gustó en Election, donde Reese Witherspoon interpretaba a la odiosa Tracy Flick. ¿Se acuerdan? Daban ganas de pasarle una motosierra muta por encima.
No podemos olvidar a About Schmidt, en esa gigante escena de un Jack Nicholson que habla sobre lo emputante que es levantarse todos los fucking días de su vida y ver la misma cara (su esposa).
Ya más recientemente, Payne se consagró ante mis ojitos con Sideways, la película en la que salía Paul Giamatti de perdedor fanático del vino y la película por la que me obsesioné con el Pinot.
Payne. Payne. Payne.
Por eso es que si escuchamos el nombre de Alexander Payne, intuiremos que el cojudo hará una película con una ácida crítica hacia el tema de turno (sociedad, matrimonio, exitismo, etc.) y que nos regalará un gran guión.
Eso es lo que esperamos. Eso es lo que queremos. Eso es lo que nos ha prometido a lo larga de su breve carrera.
Y entonces se le ocurre contratar a George Clooney (actor que ocupa el puesto número 2 de actores a detestar sin motivo aparente) y hace Los descendientes.
Los descendientes nos habla sobre Matt King (Clooney) y su vida en Hawai.
Ni bien empezado el filme una voz en off (Matt) nos dice que existe otro lado de Hawai, el que no es turístico, el que no es paradisiaco, el que no es bonito y claro, que los hawainos también sufren. PARE DE SUFRIR!
Pudo hacerlo sin la voz en off como cuando David Lynch nos muestra en Blue Velvet un acercamiento progresivo hacia la vida de un elegante, tranquilo y publicitario suburbio americano y toda la mierda que se esconde debajo de esa idílica postal se va descubriendo conforme va avanzando la historia. Pudo, pero Payne elige decirlo palabra por palabra.
Elizabeth King (esposa de Matt), sufre un accidente y queda en estado vegetativo. Es ahí cuando lo terrible o las duras verdades del existir aparecen para poner a prueba a todos los hawaianos que viven y que también sufren en la no tan perfecta Hawai.
Un ni tan oscuro/ni tan perturbador secreto es revelado por lo que Matt tiene que exhibir en pantalla esa batalla de emociones que sólo disparadores de stress y angustia (inminente muerte de su esposa/sucio secreto/hijas que quedan a su cuidado/decisiones cruciales) pueden provocar. Seh. Por eso le querían dar el Oscar a George Clooney.
Pues NO! Un poco de seriedad…si se lo daban hubiera sido como cuando le dieron el Oscar a Julia Roberts por Erin Brokovich. Ya está, lo dije.
El guión es bonito, pero bonito a secas. Payne deja botado como una chancleta maloliente lo que nos dio en sus trabajos anteriores (el retorcido e hiriente humor negro), y salva a todos sus personajes de la inmolación moral.
Ajá, en Hawai también se sufre, pero la gente tarde o temprano acaba siendo buena, pura, y se comporta a la altura de las circunstancias. Ajá, la vida continua y todos somos lo suficientemente maduros para que eso suceda.
Los descendientes también habla de los descendientes, de esas familias enormes, con cargas del pasado que se transmiten de hijos a hijos, de esas historias que afectan presentes y futuros. Matt es la cabeza de una icónica familia hawaiana, Matt tiene en sus manos el futuro de lo que legaron los que ya se fueron y lo que definirá como descendientes a ellos, los que quedan. Este conflicto seduce más que el otro, el del sucio secreto. Pero Payne se inclina por el colorido absurdo que le brinda el segundo.
Aún así, Los Descendientes es una película que supera al promedio y que entrega una historia humana, simpática, sobre las relaciones de pareja, sobre la vida misma (insertar mi imagen en una ventana mirando hacia el infinito).
Actuada decentemente por el casi siempre simplón George Clooney, por Shailene Woodley como la rebelde Alexandra y por Amara Miller como Scottie, Los descendientes maneja un ritmo pausado como el oleaje del mar.
El griego Phedon Papamichael, que también trabajó con Payne en Sideways, e hizo cosas como Ides for March (Secretos de Estado) y Walk the line entre otras, es el encargado de la fotografía.
Siendo las locaciones en Hawai, el compromiso es alto y nuestro ateniense amigo cumple.
Alexander Payne, Nat Faxon (debutante) y Jim Rash (debutante) ganaron el Oscar a Mejor Guión Adaptado. No sé. Tendría que leer la novela para saber qué tan buena es, y qué tan bien adaptaron ese libro a la pantalla. Además, todavía me falta ver El Topo para decidirme, pero no sé. Las dudas sacuden como un terremoto mi escéptico corazón.
Lo que sí puedo decir, es que ya llegando al final de Los Descendientes sentía que no terminaba nunca. Los últimos quince o 20 minutos aparecían escenas que bien podrían ser cierres…una y otra vez, una y otra vez. Y nada. Ya cuando el mensajito a la conciencia llega y todo acaba, me dejó una sensación como de “al fin la acabaste”.
Payne hace una película “bonita”, pero sin esa acidez corrosiva que le hemos visto en anteriores trabajos. Sí hay escenas o personajes que nos remiten a las glorias pasadas, pero es como cuando recordás que eras joven y hermoso, porque ya no sos joven y hermoso.
Me gustó y no me gustó, y es difícil explicarlo.
Quizás se resuma en que Los descendientes trata una temática muy jodida y lo hace de una manera amable que adopta la pose de no serlo.
LO MEJOR: está bien.
LO PEOR: no termina de cuajar, y el cierre se alarga demasiado
LO MAS FALSETE: el personaje del chico, amigo de la hija. Parecía arrancado de un sitcom con la única finalidad de ponerle el supuesto humor.
LA ESCENA: hacen que verla valga la pena DOS: la de la piscina *muy bonita, y la de la puerta entreabierta cuando el viejo se despide de su hija.
EL MENSAJE MANIFIESTO: en hawai sufren, sip.
EL MENSAJE LATENTE: todo sufrimiento construye
EL CONSEJO: vela sin esperar el peliculón
LA PREGUNTA: ¿de cuándo acá esa amabilidad de Payne?
CURIOSIDADES
Presupuesto de 20.000.000
George Clooney quiso el papel de Jack en Sideways y fue rechazado por Payne. (gracias, muchas gracias)
En la novela hay una escena en que se describe a Scooter vistiendo una camiseta con las palabras: “Mrs. Clooney”
Kaui Hart Hemmings, autora de la novela, aparece en la película como la asistente de Brian, Noe.
8 comentarios:
Totalmente de acuerdo, Payne se me desinflo con esta, que no esta mala pero no para que haya despertado tanto alboroto (me imagino que George Clooney algunos hilos debe haber movido). Comparto que Sideways debe ser una de mis peliculas favoritas de toda la vida. A propósito de sufrimientos, (y de los serios) ya viste "A Separation"?? Para mi es lo mejor que he visto en este año.
Saludos y como siempre muy buenas tus críticas.
Chueks:
esperemos que la próxima de Payne sea a lo que nos tiene acostumbrados y ojalá sin George Clooney jejeje
ya vi A separation, está FABULOSA, gran inicio, gran final, gran gran gran.
Esta semana escribo sobre ellla.
Gracias por comentar! saludos
Hey! de nada, gracias a ti por tus críticas y tu respuesta! Espero la de A Separation.
Saludos!
Si George Clooney ocupa el puesto número 2 de actores a detestar sin motivo aparente, entonces cuál es el puesto número 1?????
Son solo prejuicios hacia Clooney, el tipo respira cine, no solo es un gran actor, es un gran director.
Anonimo 1:
El primero está ocupado por Ben Affleck, que parece buen tipo, no es un muy mal actor, pero me emputa JA!
saludos
EL PEPE
pues son opiniones, es un actor correcto y un buen director. Pero elay, me repele.
Saludos
Me parece absurdo que se le critique al buen Alexander por no hacer más de lo mismo. Descendants es su paso de la comedia al drama, incluso se puede decir al melodrama, no por ello es mala, para mi es una película genial, pese al tono del film, nunca renuncia a dar momentos de gracia, únicos en la filmografía de este gran cineasta. Clooney está bien, me encantan las hijas y el amigo.
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