viernes, enero 22, 2010

"El desconsuelo"
Por: Mónica Heinrich V.

No sé, no sé.

En primer lugar, odio decirlo pero Daniel Craig es un gringo insípido que cuando no está vestido de traje, puede pasar por cualquier crispín del mundo. Cero sex appeal, supuestamente la idea es que James Bond agarre una dimensión más humana. Que no sea onda Sean Connery, donde el personaje era más maquiavélico o que no tenga la actitud de Pierce Brosnan, como de dandy sofisticado. Lo triste es que lo de Craig, queda como en una nebulosa, donde el personaje apenas se salva de la absoluta nada (conexión emocional) que logra despertar en la platea tanto masculina como femenina.

No es lo suficientemente “duro”, como para que los aspirantes a galanes criollos tengan sueños aspiracionales con él, ni lo suficientemente seductor como para que las féminas envidien el lugar de la “chica bond”.

En esta nueva entrega de la saga, el agente 007 aparece más soso que en su debut. Atormentado por la muerte (suicidio) de Vesper, sucedida en la entrega de Casino Royale, el rubio galán está haciendo caso omiso del dicho: La venganza nunca es buena, mata el alma y la envenena. Así que Bond, James Bond, anda queriendo vengarse de aquél que orilló a su damisela a traicionarlo y a luego suicidarse ante la culpa de semejante traición.

Según el hampa cinéfilo, Quantum Solace empieza temporalmente horas después de la última escena de Casino Royale. En una trepidante persecución de autos, que no me movió ni un cabello, se inicia esta historia que lleva a Bond, irrisoriamente hasta…adivinen? Bolivia.

Parece que estamos de moda, chicos. Y encima somos sinónimo de “exótico”. Como Bond anda jugando a la cadenita, va de muerto en muerto buscando la manera de llegar hasta quien según él, es culpable directo del suicidio de su amada. Ahí aparece como por arte de magia, una tipa que interpreta a una agente del Servicio Secreto boliviano, y que en la vida real es rusa. Olga Kurylenko es Camille, una supuesta agente que vive entregándose a los malos, hasta ahora no sé cómo pensaba sobrevivir, pero ahí está ella.

La nueva chica bond tiene con Craig la misma química que un alga marina con una estrella de mar. Es decir, inexistente. A eso se suma el hecho de que los guionistas (cuatro crispines, aunque no lo crean) no contemplaron ninguna escena de “amor-sexo-metida de mano” o cualquier similar, entre ambos personajes.

La historia, que como en toda la saga, es tirada por los pelos y rica en fantasía, adolece de ritmo y de credibilidad. Cuando digo credibilidad no me refiero a que las otras hacían que nos creamos todas las cosas bizarras que pasaban, sino que por lo menos el argumento se sostenía de alguna forma y los personajes conseguían dibujarse de manera tal, que uno salía del cine satisfecho y agradecido.

Ahora no, las escenas de acción se suceden unas detrás de otras, sin mayor interés y lo único que me mantuvo enganchada a la trama fue la supuesta aparición de Bolivia como personaje ornamental.

Bolivia aparece porque en este país hay un general que anda queriendo dar un golpe de Estado, para eso los americanos quieren apoyarlo, al igual que un tipo (el villano Dominique Green) que desea hacerse con el agua de la zona para lograr contratos millonarios.

El general Medrano hace gala de su corrupción y es capaz de hipotecar medio país para cumplir sus mañosos objetivos. Aunque él representa a otro de los villanos del filme, es a través de Dominique Green, que Bond encausa su venganza y termina llegando a La Paz.

Con una buena dirección de arte consiguen hacernos creer a los espectadores que Panamá es La Paz. Aunque en las escenas finales esta percepción se termina, cuando vemos al elenco supuestamente aún en La Paz, pero en medio del desierto (originalmente chileno) y sufriendo de calor. Detallito.

Y así se sucede la trama, rica en escenas de acción pero pobre en contenido y provocando una emoción tan pasajera como la del rocío de la mañana.

No es una película aburrida, pero tampoco te hará arañar la butaca. En general se deja ver, pese a su corta duración (1 hora y cuarenta minutos), la ausencia de trama hace que la sintás más larga y el poco carisma de personajes acartonados y pobres emocionalmente, hacen que cualquier nexo de empatía se pierda irremediablemente.

Los diálogos donde generalmente descansa el cliché de frases hechas y con doble sentido, brillan por su ausencia. Judy Dench cumple la función de mentora-jefa-casi madre de Bond y lo hace a su manera. Una gran actriz, para un papel pobre como Etiopía.

La culpa de todo la tiene Marc Forster, un director suizo que ha sabido manejar muy bien dramas como Monster´s Ball, Cometas en el cielo, o pelis como Más extraño que la ficción, pero por algún motivo queda casi aplazado en su performance como director de un filme de acción.

Las actores hacen lo que pueden con sus respectivos papeles, y una buena fotografía termina dándole un punto extra al filme.

Terminada la película, sólo me quedaba una inquietud: Y por qué carajos le pusieron Quantum of solace? el título lo sacaron de un cuento de Ian Fleming, escritor que creó el personaje del agente 007. La traducción más aproximada sería: Una pizca de consuelo y tiene que ver con el holocausto emocional por el que atraviesa James Bond al perder a su amada Vesper.

Un holocausto que en Daniel Craig mucho no se percibe, aparte de sus insomnios y su mirada azulada que clama con urgencia la intervención del mejor psiquiatra del mundo. A nosotros nos queda aparte de la hora y cuarenta que perdimos, el desconsuelo de saber…que existe un mañana en que Bond regresará… por vigésima tercera vez.

El tiempo pasa.

Lo mejor: Medianamente entretenida
Lo peor: no produce ninguna empatía con los personajes
La escena: el final cuando el fuego está por devorarlos
Lo más falsete: aquí todo se ve falsito
El mensaje manifiesto: Hasta Bond necesita una pizca de consuelo
El mensaje latente: La venganza es el mejor consuelo
El consejo: No esperés mucho
La pregunta: ¿Realmente, QUANTUN OF SOLACE?

CURIOSIDADES

- Jack White y Alicia Keys son los intérpretes del tema principal de Quantum of Solace, el nuevo film de James Bond protagonizado por Daniel Craig, que se estrenará en las salas de cine a principios de noviembre. Jack integra el famoso duo de rock The White Stripes, junto a su hermana Meg. Alicia Keys por su parte, es una de las mejores cantantes actuales de R&B y Soul de los Estados Unidos. Originalmente, el tema iba a ser cantado por Amy Winehouse, pero debido a sus constantes recaídas producto de drogas y alcohol, fue reemplazada por Alicia Keys.
-Daniel Craig y Olga Kurylenko se entrenaron con Gary Powell y su asombroso equipo en Bodyflight durante varias semanas antes de rodar durante un día el salto del avión en Bolivia.
- Bodyflight, el primer túnel de viento para paracaidismo del Reino Unido y el más grande del mundo, en Bedford, se utilizó, para una secuencia de Bolivia. El túnel tiene 4.95m de diámetro y casi 8 metros de alto y simula la experiencia que se obtiene en una caída libre a 200 Km. por hora ¡sin tener nunca que saltar de un avión!
-La producción se instaló en los históricos Pinewood Studios en Buckinghamshire a las afueras de Londres. Pinewood se ha convertido en sinónimo de las películas de James Bond a los largo de los años: Todas menos dos, 007: Licencia para matar (Licence To Kill) y Goldeneye, se han rodado allí. Los productores usaron el famoso 007 Stage y cinco otros platós para construir los interiores de 14 localizaciones diferentes durante los seis meses de rodaje.
-007 QUANTUM OF SOLACE, vigésimo segunda aventura de James Bond, la saga más larga en la historia del cine.
- El 2010 se estrenará la próxima entrega.
- Se filmó en Inglaterra, Panamá, Chile, Italia y Austria
- El 19 de marzo de 2008, el diario chileno La Cuarta aseguró que los paisajes del norte de Chile, utilizados en el rodaje de Quantum of Solace, serán mostrados como parte de Bolivia. []La información causó malestar en algunos personajes chilenos. El 29 de marzo, un grupo de personas protestaron contra la producción de Quantum of Solace en una plazoleta frente a la municipalidad de Sierra Gorda.[]Sólo portaban banderas chilenas y gritaban a coro: "¡Queremos respeto, no somos bolivianos!".[]Las protestas cesaron cuando se supo que las referencias a Bolivía estarían asociadas al tráfico de drogas.

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