jueves, noviembre 23, 2006


Máscaras


Lacan partió del retorno a Freud para aseverar que además de que el inconsciente existe, habla y se estructura como un lenguaje, paralelamente formuló su teoría del estadío del espejo. En qué consiste el estadío del espejo? Para Lacan, cuando somos niños buscamos un complemento, es decir, nos reconocemos en el otro pero es porque pensamos que el otro somos nosotros mismos. O sea, nuestro yo es imaginario, no simbólico y buscamos en el Otro esa sensación de completud que no tenemos. El Otro funciona como espejo.
Por qué comento ésto? Porque aún no siendo simpatizante acérrima del psicoanálisis, pareciera que Bergamn tuvo en cuenta alguna de esas cuestiones al hacer Persona. Persona es un film muy poco convencial, de características sumamente raras y confusas. Comienza con una cinta, y el ruido que produce cuando corre en un proyector, la luz del proyector; un dibujo animado proyectado, pero volcado, no en su posición habitual; se intercalan imágenes de manos infantiles; luego un pequeño cuadro de alguien vestido de calavera y otra persona vestida para dormir; un plano de una araña que ocupa casi toda la pantalla; un carnero degollado; orgános humanos; los clavos de Cristo, para finalmente arrancar en el hospital donde Elisabeth (Liv Ullman) se encuentra recluida y será atendida por la enfermera Alma (Bibi Andersson).
Elisabeth es una actriz que se encontraba interpretando a Electra en una obra de tatro cuando se quedó sin habla y ha estado así desde hace 3 meses, hasta que la enfermera Alma es encomendada a atenderla. Ambas se dirigen al campo, y ahí comienza el monólogo de Alma, que ante el mutismo de Elisabeth comenzará a contar cosas personales e íntimas que nunca le había comentado a nadie. Ambos personajes comenzarán a pasar por una especie de fusión, tanto que luego comienzan a verse extremedamente parecidas y luego casi al final, la fusión se completa totalmente en un instante en que Alma parece ser Elisabeth y Elisabeth parece ser Alma.
Las lecturas al respecto pueden ser infinitas. Desde el inicio, porque la escena del niño frente a la pantalla donde se ven los rostros de las mujeres, puede dar la idea de que se trata de un filme sobre otro filme, idea que puede acariciarse debido al título inicial que se había pensado, que era CINEMATOGRAFIA, para quedar finalmente el de PERSONA, haciendo alusión a la interpretación que se tenía de esta palabra designada para la máscara que los actores de teatro usaban para cubrir su rostro en la antigua Grecia.
Bergman lo definió como "mi gran obra de arte o mi gran disparate". Una obra que fue concebida mientras se recuperaba de una pulmonía doble y de una grave intoxicación con penicilina. La estructura narrativa es confusa, no se sabe muy bien qué es real, qué representa a la ficción y qué vino primero o después, es una labor de rompecabezas para el espectador poder armar una teoría al respecto. Lo que sí queda claro, es la visión que tiene Bergman de lo latente, de lo que hay debajo de lo manifiesto.
Persona es tan sólo la máscara de Persona, un filme que está cargado de riqueza simbólica y que clama su desciframiento. Existen imágenes intercaladas sobre VIetnam, ghettos en Varsovia, guerra, destrucción, una reacción humana ante esos acontecimientos. El mutismo de Elisabeth, la falta de comunicación, lo que también se esconde detrás de su silencio.
Todo conspira para que tengamos un film de una categoría diferente. Godard llegó a manifestar su admiración por esta película. En Italia la censura cortó el monólogo donde la enfermera le contaba a Elisabeth una detalla descripción de una orgía. Y en Chile se quiso cambiar el título a "Pecado compartido", para poder tener más recepción del público morboso que llenaría las salas nada más ver la foto y el título, sin embargo, muchos se opusieron a ese título por ir en contra de lo que el film representa. Algo sí es cierto, Bergman le ha dado al mundo peliculones y uno de ellos ha sido Persona, merece ser vista no sólo por sus características cinematográficas totalmente vanguardistas para su época, sino por su contenido humano, social, psicológico, por el espejo en que nos vemos, porque nosotros, después de todo, somos Personas también, y desgraciadamente llevamos máscaras.
Mónica Heinrich V.
Director: Ingmar Bergman
Idiomas: Sueco
Año: 1966
Reparto: Bibi Andersson, Liv Ullmann, Margaretha Krook, Gunnar Björnstrand, Jörgen Lindström
Guión: Ingmar Bergman

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