jueves, noviembre 02, 2006

Niezsche dijo una vez: “Lo que no te mata, te hace más fuerte”, quién iba a decir que justamente él hilvanaría una frase que tiene cierto tufo a esperanza por no decir “optimismo”? Nietzsche, que tuvo el más dramático de los finales y una vida tan atormentada que ni su lucidez es envidiada si la felicidad (aquella que Benedetti dice que no existe con mayúscula) era el precio.
Pero la vida es así, hay momentos que los obstáculos se presentan y en tu alma existe la sensación de “inevitabilidad”, hay momentos en que sólo deseas cerrar los ojos y no despertar jamás. Hay momentos en que tu mortalidad es tu esperanza, el saber que más allá de todo llegará el final, que tiene que llegar un final.
“Antes de la lluvia” es una película que AMO mucho. Y hablo de AMOR porque hay cosas que te gustan, hay cosas que querés, hay cosas que te interesan, pero el Amor es el Amor (y aquí sí creo que existe mayúscula mi querido Benedetti). Amo esta película por todo lo que representa. Entonces como primer punto, Antes de la lluvia es una película que podés Amar, y eso ya la hace absolutamente recomendable, en tiempos en que la desolación, la tristeza, la amargura, la desilusión y el desgano por esta vida a veces injusta, son el pan de cada día, encontrar algo o alguien que te despierte este tipo de Amor siempre es una bendición.
La estructura narrativa de Antes de la lluvia juega con lo simbólico y lo poético, a través de una historia plagada de odios, guerras, intolerancia, miedo, etc... Situada en la terrible geografía social y cultural de Macedonia, Milko Manchevsky (director) nos entrega una historia que se desgarra en tres partes:
“Palabras”: Se enfrentan dos culturas, teniendo como referencia la guerra civil en Macedonia, en este pequeño acto de locura, amor y muerte, somos partícipes de la historia de un monje que había hecho un voto de silencio y que se encuentra con la disyuntiva de dar cobijo a una joven albanesa que encuentra escondida en su habitación. Además del voto de silencio del monje, no se pueden comunicar porque sencillamente no hablan el mismo idioma.
La historia es parte del fin del principio, es decir, las escenas que vemos en ese momento son parte de las escenas que corresponderían al final de la película. La albanesa corre peligro de muerte, y el monje también al protegerla. El amor que surge entre el monje y la albanesa, a través de las miradas, el miedo, y un sentimiento de entendimiento mutuo que va más allá de las palabras, nos dejan el primer bocado de una película casi perfecta.
Pasamos a “Rostros”: Rostros nos cuenta la historia de una periodista inglesa, que está ligada sentimentalmente a dos hombres, uno: su esposo y dos: el protagonista absoluto de la película, un fotógrafo que supongo fue un personaje cuasi-autobiográfico del director. En Rostros nos golpea duramente lo que no se dice, caras, rostros de personas víctimas de la guerra, no sólo en Macedonia, sino en muchos lugares del mundo. Rostros envejecidos de miedo, de resignación, de desesperanza, de apatía. Rostros que representan todo aquello que hace que el mundo ande como anda y sea éste abismo, al cual nos acercamos cada día más, una penosa y triste realidad. La periodista está embarazada de su amante y planea dejar a su marido, para dicha conversación (la ruptura) elige un restaurante.
Como todo en esta película, el final de “Rostros” que no es más que el prefacio de “Imágenes” y parte de “Palabras”, es sobrecogedor. Pasamos sin mayores contemplaciones a “Imágenes” que es la parte culminante de la película y la que lleva mayor carga crítica, no porque las otras no lleven carga crítica, sino que los dardos apuntan más directamente y sin contemplaciones al problema de la guerra, la violencia y la falta de tolerancia entre culturas que técnicamente tienen el mismo origen. Alexander, un fotógrafo macedonio vuelve a su tierra y se encuentra con que las cosas han cambiado dramáticamente, ahora reina la desconfianza, las malas intenciones, el egoísmo y la violencia perpetrada incluso a manos de niños inocentes. La gente está dividida y parece no haber argumento lógico para volver a integrar a un pueblo que es el mismo.
Antes de la lluvia termina su metraje con la suave llovizna, porque todo esto, los tres actos de esta desgarradora y representativa comedia de nosotros los humanos, sucede antes de que llueva…luego, con esa “inevitabilidad” de la que hablo al principio, las lágrimas celestiales comienzan a gotear en la pantalla, mientras (quizás) lágrimas terrenales cubran tus ojos.
Mónica Heinrich V.
Título original: Before the Rain
Dirección y guión: Milcho Manchevski
Producción: UK-Francia-Macedonia, 1994.
Música: Anastasia
Montaje: Nick Gaster
Fotografía: Manuel Terán
Interpretación: Katrin Cartlidge, Rade Serbedzija, Gregorie Cuelen, Labina Mitevska
Duración: 113 minutos
< class="category"> Cine_

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